La pregunta del título se puede despachar sin demora: no, no hay vacas en Marte; pero la pregunta es menos absurda de lo que parece, porque lo que sí hay en Marte es gas metano, según Michael Mumma y sus colaboradores, del Centro Espacial Goddard de la NASA.
El metano es gaseoso en las condiciones de la Tierra y de Marte (en Titán, satélite de Saturno, es líquido). Los rayos ultravioletas del sol rompen fácilmente las moléculas de metano: si uno inyecta metano en la atmósfera, éste desaparece en muy poco tiempo. Así que, si hay metano en una atmósfera, debe haber una fuente de metano en alguna parte. El gas no puede haber estado presente desde la formación de la atmósfera. En la Tierra la fuente principal de metano atmosférico es ¡la digestión de las vacas! O, para ponerlo de la manera más franca posible, sus gases y eructos. Otra fuente importante es el metabolismo de ciertas bacterias.
A principios de 2003, Mumma y sus colaboradores detectaron la huella digital del metano sobre tres regiones de Marte usando un telescopio que se encuentra en Hawai. Tres equipos más informaron de otras detecciones en 2004, pero estos resultados se consideran "controvertidos", lo que en lenguaje científico quiere decir que una buena parte de la comunidad de especialistas pertinente no está convencida. En caso de que sí haya metano en Marte, quedan muy pocas maneras de explicar su presencia (una vez eliminada la de las vacas marcianas): 1) reacciones químicas en agua caliente subterránea (pero eso produciría también otros gases de los cuales no hay ni rastro) y 2) bacterias marcianas, quizá del remoto pasado del planeta.
En este momento se encuentra en la torre de lanzamiento el cohete que pondrá en camino a la misión Laboratorio Científico para Marte. El lanzamiento se prevé para mañana y la nave llegará a Marte en agosto. El día de hoy el planeta está a 205 millones de kilómetros de la Tierra, y para agosto se encontrará a 243 millones de kilómetros, pero la nave recorrerá más de 500 millones de kilómetros porque a Marte no se va en línea recta. Lo que se hace es ponerse en una órbita alrededor del sol que intercepte a Marte. La trayectoria es curva y alargada, pero el viaje es muy económico: aparte del lanzamiento, la puesta en órbita y la llegada a Marte, no hace falta gastar combustible. Todo el trabajo lo hacen la gravedad y las leyes de Newton, como cuando se lanza una piedra para que caiga en un blanco determinado.
La misión lleva un vehículo de exploración, como las misiones Pathfinder (1996), Spirit y Opportunity (2004), pero el nuevo vehículo, llamado Curiosity, es del tamaño de una camioneta familiar, con una antena que rebasa los dos metros y seis ruedas independientes de 50 centímetros de diámetro. Sus antecesores, con otros aparatos puestos en órbita alrededor del planeta por la NASA y la Agencia Espacial Europea, han dejado bien asentado que en Marte hubo agua líquida, pero hace unos 4000 millones de años, y han recogido pruebas de que el agua podría estar congelada en el subsuelo. Hoy muchos especialistas piensan que Marte debe haber sido propicio para la vida por lo menos en el pasado, cuando aún tenía actividad geológica (Marte es más pequeño que la Tierra y al parecer hace mucho que perdió su calor interno).
El Curiosity lleva, entre otros instrumentos y experimentos automáticos, un detector de metano muy fino. Si hay metano en Marte, este robot tiene buenas posibilidades de encontrarlo y zanjar así la controversia. En ese caso, se abren perspectivas interesantes para los científicos que piensan que en Marte podría haber vida microscópica subterránea hoy, o que la hubo en el pasado. Eso sí: el vehículo explorador no está equipado para detectar microorganismos, de modo que no va a encontrar bacterias marcianas. Será en otra ocasión, si lo permiten los recortes presupuestales que se le están imponiendo a la NASA.
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2 comentarios:
Estimado Sergio, el tema de Marte es muy apasionante porque, entre otras cosas, es como mirar una posible Tierra, que siguió otro camino geologico. Mirar algo como una "bifurcacion de eventos" de un planeta de nuestro mismo sistema solar, tan similar al nuestro, es una oportunidad enorme de constante curiosidad y de maravillarse a cada paso.
¿Quien lo diria? los volcanes que en la Tierra son tan temidos como peligros latentes para la vida (en sus erupciones violentas), son sintomas, los volcanes, de lo que POR OTRO LADO nos mantiene con vida: un nucleo interno ardiente y liquido, un hierro que fluye y genera el campo magnetico, una magnetosfera que desvia las mortiferas radiaciones solares... finalmente, un planeta con atmosfera, nuestra Tierra.
Marte, con un nucleo helado, sin movimiento, sin magnetismo (no obstante su abundante hierro), sin magnetosfera y al dia de hoy, con una ralisima atmosfera que ya barrio el viento solar. Resultado: adios al vapor de agua. Adios a la lluvia. Adios al efecto invernadero... Un desierto mas seco que pinole, mas fino que talco, sin agua a cielo abierto.
¿Dependemos asi de nuestro ardiente nucleo? ¿cuanto mas lo tendremos? ¿que terminara primero, nuestro nucleo o nuestro sol?
Y todo por metano en Marte. Condenadas vacas (jeje).
Hace falta mencionar que participa Rafael Navarro, de Ciencias Nucleares de la UNAM, en la misión. Eso llama la atención porque uno nunca cree que los mexicanos estén trabajando en proyectos internacionales de trascendencia.
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