¿Por qué era Newton tan amargado? ¿Por qué cada año los ateos cientificoides hacemos grandes esfuerzos para que se note que nosotros no celebramos la Navidad, esa fiesta religiosa, y por lo tanto bárbara, retrógrada, tonta e irracional, sino el súper racional, civilizado y nada tonto cumpleaños de Newton? Resulta que las dos cosas están relacionadas.
Verán. Como Newton nació el día de Navidad, de chiquito su mamá le juntaba el regalo de Santa Claus con el de cumpleaños y no le hacía fiesta porque ya había gastado mucho con la cena de navidad y no estaba el horno para bollos ni el negocio de la granja para fiestitas superfluas. Newton veía que todos sus amiguitos recibían regalos de cumpleaños en su cumpleaños y regalos de Navidad en Navidad pero él no, porque en su caso cumpleaños y Navidad eran como esas soluciones degeneradas de una ecuación, que son distintas pero son la misma.
Años después Newton empezó a fraguar planes para matar a Leibniz, que siempre recibió regalos de cumpleaños Y de Navidad. El plan era atragantarlo de pastel, pero falló. Leibniz se murió solito y Newton hizo un viaje especial para ir a bailar sobre su tumba y dejar sobre la lápida una montaña de moños de regalo en señal de desprecio. Lamentablemente todos pensaron que era un homenaje, y que con los moños Newton reconocía que Leibniz era el legítimo inventor del cálculo.
Newton también emprendió una campaña para hacer que Inglaterra adoptara el calendario gregoriano y todos pensaron que era un hereje porque ya saben: #calendariopapista (de por sí sus ideas religiosas no cuadraban muy bien con las de su entorno protestante). Pero nosotros ya sabemos a qué obedecía su interés en el cambio, ¿no? Newton tuvo éxito, pero como el calendario gregoriano y el juliano están desfasados 10 días, había que comerse esa misma cantidad para alcanzar al calendario gregoriano. Lamentablemente, el cumpleaños de Newton caía justo en los 10 días que se suprimieron y Newton hizo una rabieta tan fuerte que se murió.