Hace dos días llegó mi hija Ana a la casa muy emocionada y me preguntó si mi tocadiscos podía tocar al revés. Ana es fan de Pink Floyd desde hace tiempo. Un amigo suyo le dijo que en una de las pistas de The Wall había un mensaje secreto grabado al revés. Yo me imaginé que sería una de esas tonterías que se decían desde los años 80 de ciertos discos de rock: que si uno los hacía sonar en reversa se oían mensajes satánicos, pero no dije nada. Bajamos al tocadiscos, desempolvamos el acetato, buscamos un poco y, en efecto, encontramos un mensaje secreto en la pista "Empty Spaces" que está en el lado 2 del álbum. ¡Treinta y dos años hace que tengo ese disco y tiene que venir una mocosa de 14 años a revelarme sus secretos! Es lo bueno de tener hijos.
Le conté a Ana acerca de la leyenda urbana de los mensajes satánicos en los discos, leyenda que cundió cuando yo era niño. Los que la propagaban al parecer creían que, tras escuchar uno de estos discos, uno no podía resistir poner los ojos desorbitados y echar a caminar todo tieso y con los brazos extendidos a registrarse en las oficinas de la secta satánica más cercana a su domicilio. Decían que eran "mensajes subliminales". Parece que esta idea provenía de grupos religiosos de Estados Unidos, lo que no me extraña nada, y ahora sé que estos grupos trataron de demandar a varios músicos de rock, pero las demandas no prosperaron por falta de pruebas de que un mensaje invertido, por satánico que fuera, tuviera la menor probabilidad de afectar el comportamiento de la gente.
Pese a todo, me acuerdo que a mí me encantaba poner discos al revés, y hasta desarrollé una fina técnica para hacerlos girar con el dedo muy homogéneamente. Haciendo estos experimentos en esa época descubrí dos cosas: 1) que, tocado al revés, todo suena diabólico, y 2) que francamente había que forzar mucho la imaginación para oír palabras en esa cacofonía (a diferencia del mensaje de Pink Floyd, que, al hacer sonar el disco al revés, suena al derecho y con toda claridad). En fin, que oír mensajes en una voz en reversa está relacionado con ver figuras en las nubes y caras en las manchas de humedad: es un intento desesperado del cerebro por encontrarle significado a la información sensorial, incluso a la que no lo tiene (este fenómeno es bien conocido y en el caso de imágenes que se ven donde no las hay se llama paraeidolia).
El mensaje secreto de Pink Floyd me recordó también el temor añejo a los mensajes subliminales en las películas y en la tele, igualmente de moda en mi adolescencia. Parece que el temor provenía de un acontecimiento que ocurrió mucho antes, en 1957. Ese año un mercadólogo llamado James Vicary convocó una rueda de prensa para revelar que durante varias semanas se las había arreglado para poner anuncios publicitarios de tres milisegundos de duración que decían "coma palomitas" o "tome Coca Cola" insertados a intervalos de cinco segundos en la película que se proyectaba en un cine de Fort Lee, Nueva Jersey. Mientras la gente veía la película sin sospechar, estas imágenes se estaban insinuando subrepticiamente hasta lo más profundo de su psique y afectando su comportamiento (o eso se supuso). Según Vicary, las ventas de palomitas aumentaron 18 % y las de Coca Cola 58 %.
La reacción fue furibunda. El público ya se sospechaba que los publicistas y el gobierno lo podían controlar. Esto era la confirmación de que les estaban lavando el cerebro y manipulándolos como marionetas. La CIA rápidamente hizo un informe sobre el potencial estratégico de los mensajes subliminales. Se publicaron libros de denuncia y la publicidad subliminal se prohibió en Estados Unidos y el Reino Unido.
Pero cuando otros investigadores trataron de replicar los resultados de Vicary no obtuvieron nada: los mensajes subliminales no afectaban para nada el comportamiento de las personas. Para colmo, a los pocos años James Vicary confesó que todo había sido un engaño... pero nadie le hizo caso. Había nacido la leyenda urbana de los mensajes subliminales.
Ni la prohibición ni la falta de resultados han impedido que ocasionalmente se intente manipular el comportamiento del público con este tipo de mensajes. En el año 2000 la campaña de George Bush transmitió un anuncio en el que, mientras se hablaba de Al Gore y los demócratas, aparecía brevísimamente la palabra "ratas". Las autoridades obligaron a Bush y compañía a retirar el anuncio y el candidato dijo que había sido "un descuido" (sí, claro).
Otra forma de mensaje subliminal (palabra que, por cierto, significa "por debajo del umbral de la conciencia") era el mensaje verbal (al derecho) disimulado a bajísimo volumen en una pista musical. Sobre este principio se construyó toda una industria de CDs y cassettes de autoayuda y relajación. Se suponía que uno escuchaba la música mientras el mensaje subliminal se abría paso hasta el subconsciente y afectaba el comportamiento positivamente. Pero en 1991 Anthony Greenwald, de la Universidad de Washington, hizo un estudio con 237 participantes a los cuales puso a escuchar un cassette de música clásica con mensajes inaudibles para mejorar la memoria y la autoestima. Los participantes estaban divididos en dos grupos: unos pensaban que estaban escuchando solamente música (falso), los otros pensaban que bajo la música había mensajes (cierto). Al cabo de cinco semanas los investigadores hicieron pruebas para ver el efecto de los mensajes y no encontraron nada medible. Sin embargo los participantes que esperaban que el cassette tuviera efectos reportaron mejoras en su memoria y autoestima. Conclusión: el efecto era pura sugestión.
Durante 10 o 15 años la investigación en mensajes subliminales perdió adeptos, pero recientemente en Holanda y Estados Unidos se han estado realizando nuevos experimentos consistentes sobre todo en poner imágenes subliminales en pruebas de atención. En un experimento un grupo de participantes vio sin saberlo mensajes que decían "sed" y "agua mineral" y otro grupo no vio nada. Al final los que vieron los mensajes fueron más propensos a pedir de beber, pero no más propensos a preferir agua mineral, lo que sugiere que el mensaje subliminal sólo puede afectar la intención de beber, mas no la preferencia de bebida. El experimento se repitió exitosamente en Estados Unidos. En otro experimento se trató de probar si se podía influir en la marca de bebida que uno pide. Las conclusiones son que: 1) el mensaje sólo puede impulsar a beber a quien ya tiene sed, 2) no te puede hacer cambiar de opinión si tienes una marca preferida de bebida y 3) en todo caso, sólo tiene un (débil) efecto en hacerte cambiar de marca si conoces la marca que se te propone subliminalmente.
En cuanto al mensaje de Pink Floyd, no hay nada que temer. En primer lugar el cerebro no tiene manera de descifrar -ni consciente ni subconscientemente- los mensajes invertidos, y en segundo, el mensaje no pretende manipular a nadie, mucho menos inducirlo al satanismo, y ni siquiera a preferir a Pink Floyd sobre el resto de la música del universo porque simplemente dice "congratulations, you have just discovered the secret message".
La marcha por la ciencia 2019
Hace 5 años
4 comentarios:
Hola Sergio, cuando yo tenía como 15 años (ya llovió) tenía el cd de maná, sueños líquidos, y me enteré por alguien que al final del cd había un mensaje subliminal al final de la última canción. Esa canción, Ámame hasta que me muera, nunca me gustó mucho y no la escuchaba, pero como me dijeron eso, la escuché. Busqué y busqué el mensaje y no lo encontraba, hasta que me di cuenta que el track no se acababa con la canción, sino que seguia como un minuto o dos y luego se escuchaba una voz ronca y fea y luego un mensaje invertido. Casi me da un infarto porque el mensaje empezaba con "aaaaahhhhhh, aaahhhhhhhh, aaahhhhhhhh" y luego una cancion y una guitarra pero invertidas. (les paso el link por si lo quieren escuchar: http://www.youtube.com/watch?v=AdyHoR3KAgc )
Como era de noche me dio mucho miedo pero al otro día invertí la canción con la computadora para ver qué decía, y era una simple canción sin chiste.
Obviamente mensaje subliminal no era porque era muy evidente, y nuuuuunnnnnca entendí para que demonios pusieron eso ahi, pero me hizo pasar un rato muy interesante y misterioso.
Habiendo contado mi anécdota que no aporta nada más que otro ejemplo. Me despido:
soıp∀
Sergio, es muy divertida la leyenda de los supuestos mensajes secretos. Más divertido todavía es que vuelve una y otra vez, y se mantiene en la órbita del imaginario colectivo. Los grupos conservadores y religiosos siempre ven influencias “peligosas” en las expresiones que represente libertad de pensamiento y deleite de los sentidos.
Un ejemplo relacionado con la actividad cerebral al tratar deidentificar imágenes o palabras, es el que ocurre al escuchar canciones en otro idioma. Ahora solo me acuerdo de "I've get the power", algunos alemanes escuchan "Agathe Bauer" :-D
http://www.youtube.com/watch?v=4rO1n8-SuNM
José María, esas largas pausas después de la última canción en los cds la descubrí también un día que me olvidé de quitar el disco. No era de noche, pero estaba realmente concentrada en una lectura cuando después de dos o tres minutos entra una voz de nuevo. También me hizo dar un buen salto :-D
Saludos
Pues yo creo que los Manás lo hicieron como chiste. Seguramente sabían lo que se decía acerca de los mensajes al revés. Más de una mamá mocha se habrá espantado y les habrá prohibido a sus hijos oír esa música satánica...como si cualquier mensaje secreto tuviera que ser maligno.
Yo me acuerdo que se suponía que había mensajes "subliminales" por todas partes: en el diseño de las cajetillas de cigarros (así, por ejemplo, el triángulo blanco de los Marlboro era una vagina en la que penetraba el falo formado por las astas de la L y la B, y en los Camel la gente veía un tipo desnudo...pero bastante deforme: no veo cómo iba a ser eso atractivo y aumentar las ventas). En el fondo era muy divertido. A mí me quedó un gusto por los mensajes secretos y siempre he querido escribir algo con un mensaje oculto formado, por ejemplo, con las primeras palabras de todos los párrafos, o con las primeras letras de cada palabra....etc... todavía no lo he hecho....¿o sí?...
Jeje, ese ultimo giro que diste a tu comentario, me recuerda mucho un comentario pasado en este blog: cuando tus alumnos estaban sometiendo a ustedes profesores a un experimento psicologico... jajaja, te acordaras de ello. Ahi muy bien pudo haber entrado esta paranoia (en ese caso justificada) inducida por esos muchachos carambas. Saludos.
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