El domingo dediqué un par de horas a poner en un blog todas las columnas que escribí entre 2000 y 2008 para el boletín El muégano divulgador. El Muégano empezó en 2000 como boletín interno de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM y por mandato no me acuerdo si de Julieta Fierro, a la sazón directora, o de Julia Tagüeña, directora de museos. El caso es que nos tocó construir el proyecto a Martín Bonfil, Nemesio Chávez, Lourdes Arenas y a mí. Los "muérganos", para quien no lo sepa, son unos dulces mexicanos hechos de almohaditas de harina fritas y aglomeradas con caramelo. Son la imagen misma de la unión y por eso los escogimos para dar nombre a nuestro boletín. Queríamos unir a los divulgadores degedeceros (de la DGDC, pues). El objetivo se logró a medias, pero el Muégano trascendió el apretado recinto de la DGDC para convertirse en una publicación valorada por un grupo amplio de divulgadores mexicanos y extranjeros.
Mi labor en ese boletín tan lleno de referencias, ideas y reflexiones útiles, era escribir la sección más inútil, titulada a partir de la segunda entrega "Peripatéticos ecológicos" por razones que entenderán tras leer la primera. Esa sección, pese a todo, se convirtió en una especie de estandarte del boletín, por lo menos en la DGDC. Al cabo de unos cuantos números publicados, me dí cuenta de que la gente esperaba, ¡con ansia!, la aparición del Muégano para leer mis tonterías con su café matinal. Para repartir el boletín Martín y yo cargábamos sendos rimeros de muéganos y recorríamos todo el edificio, oficina por oficina. "¡Muéganos! ¡Muéganos! ¿Quién quiere su muégano?", íbamos pregonando como si, en vez de revistas, repartiéramos dulces. Creo (tal vez por iluso) que los colegas se alegraban al vernos por los pasillos con nuestro cargamento de papel amarillo.
Aquí está, pues, el blog en el que puse todos los "Peripatéticos ecológicos" -cuarenta publicados y uno que se quedó en el tintero cuando murió el Muégano. Tienen lectura para rato.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
"...y uno que se quedó en el tintero cuando murió el Muégano. Tienen lectura para rato."
mira mira mira mira, ni creas, queremos posts aqui tambien cada semana!
saludos sergio
Sergio; buen día me atrevo a escribirte, recién adquirí tu libro de la Mamá de Kepler y me agrado, ten por seguro que tienes seguidores por hacer de la ciencia algo atractivo eliminando el acartonamiento de algunos de tus colegas
Sigue adelante pues aunque no todos te contacten, también tienes tus followers :-) Saludos
Para servirte ( además de leerte y escucharte )
Alfredo Pineda.
Chema: ¡pos si en el blog ya está todo! ...Bueno, si se me ocurren nuevos Peripatéticos, los pongo. No es mala idea.
Alfredo: Muchas gracias por tus amables palabras. Nos vemos por éste, tu blog.
Noo, yo decía en este blog. Pero era broma; o sea como si nos dejaras el otro blog para entretenernos y no tener que escribir en este. Pero bueno, cuanod tienes que explicar el chiste quiere decir que no fue gracioso, jajajajjaa.
Saludos
Publicar un comentario