viernes, 4 de enero de 2013

Ilusiones


Elliot en bicicleta voladora con E.T. en la canastilla pasando frente a una luna descomunal, siluetas de brujas desplazándose en el aire montadas en escobas, árboles solitarios contrastados sobre una luna rojiza. La luna se ve más grande cuando está cerca del horizonte pero, como sabemos todos los ilusos que hemos tratado de hacer fotos espectaculares y fracasado, el efecto de aumento está exclusivamente en nuestro cerebro: en las fotos esa luna gorda como una toronja que colgaba pesadamente sobre el horizonte se ve como un chícharo raquítico y descolorido.

   Si les ha pasado esto, han sido víctimas, como yo, de la "ilusión de la luna": la percepción de que la imagen de la luna es más grande cuando está cerca del horizonte. Otra forma de comprobar que el efecto es puramente psicológico --o más bien perceptual-- es hacer un rollo de cartulina ajustando el diámetro al tamaño de la luna en el horizonte y esperar unas horas a que esté alta en el cielo. Aunque a los ojos parece mucho más pequeña, se sigue ajustando bien al diámetro del falso telescopio.

   Antes de que se supiera que la ilusión de la luna no es un efecto de óptica, sino de la percepción visual, este fenómeno se le achacaba a la refracción de la luz en la atmósfera, pero por lo menos desde el siglo XVII se han buscado otras explicaciones... pese a lo cual, sigue sin haber una que convenza a todo el mundo. El problema es el siguiente: ¿por qué se empeña el cerebro en que la luna es más grande cuando está cerca del horizonte?, ¿qué gana con eso?, o quizá: ¿qué funciones de la percepción visual entran en corto circuito cuando vemos una luna baja?

   La mismísima existencia de ilusiones demuestra que percibir no es simplemente aprehender con los sentidos una realidad única e inmutable que se imprime en el cerebro con la certeza de la verdad absoluta. No: percibir es en buena medida interpretar. Y siempre que se interpreta, cabe el error, aunque el intérprete sea la maquinaria cerebral de la percepción, que funciona sin intervención de la voluntad ni la conciencia.

El triángulo de Kaniza Esto no es un triángulo

   En la ilusión del triángulo de Kaniza vemos aristas completas y una región triangular más blanca que el entorno. Hoy la entendemos así: la figura es consistente con un triángulo blanco tapando parte de los círculos negros, pero la información está incompleta. Ante la duda, el cerebro completa el patrón haciendo una especie de apuesta: ¿qué probabilidad hay de que en la naturaleza veamos tres círculos a los que les falta un pedazo de pizza alineados de esta manera sin que sea porque tienen un triángulo superpuesto? La respuesta, claro, es que esto nunca sucede; ergo debe de haber un triángulo. ¡Paf! El cerebro nos pinta el triángulo completo. Interpretación... y error.


Efecto McGurk-MacDonald ¿Qué sílaba está diciendo el autor? Esúchelo primero viendo el video y luego con los ojos cerrados.

   El efecto McGurk es un caso parecido, pero con la percepción auditiva. Las sílabas que se oyen son ba ba ba, pero la imagen muestra una persona diciendo va va va y ga ga ga además de ba ba ba. El cerebro junta la información auditiva con la visual y uno oye claramente va va va (con v labiodental) cuando la persona pone los dientes superiores sobre el labio inferior, y da da da cuando la persona dice ga ga ga, aunque francamente el video no me quedó muy bien. Aquí hay un ejemplo de Youtube:




   En 1999 Lloyd Kaufman, del Departamento de Psicología de la Universidad de Long Island, y James Kaufman, del Centro de Investigaciones Almaden, en California, publicaron un artículo en el que, luego de una serie de experimentos para probar distintas hipótesis, proponen que la ilusión de la luna funciona así: la imagen de la luna en la retina es del mismo tamaño cuando está en el horizonte que cuando está alta en el cielo, pero por lo general una parvada de aves, unas nubes o un avión que se ven en el horizonte están más lejos que cuando los vemos directamente sobre nosotros; así, el cerebro asocia el horizonte con lejanía. Por lo tanto, la luna en el horizonte debe estar más lejos que la luna alta en el cielo, y si se ven del mismo tamaño, sólo puede ser porque la luna en el horizonte es más grande. ¡Paf! La vemos más grande.

Un aspecto interesante de estas ilusiones es lo primarias que son: por más que uno se esfuerce, por bien que se sepa las explicaciones, uno no puede sustraerse a la ilusión. Ésta ocurre antes de la conciencia y la voluntad. Es la forma en que el cerebro interpreta la información de los sentidos, la cual ya viene programada por la evolución. Para pintarnos un cuadro de la realidad a cada instante el cerebro usa diversos indicios y además integra información de todos los sentidos en una interpretación que no es la realidad misma, sino una solución razonable que explica todas las observaciones.

La ilusión de Ponzo Las tres figuras son iguales, pero el cerebro interpreta las líneas convergentes como líneas que se pierden en la distancia; así, la figura de la derecha debe estar más lejos, por lo que tiene que ser más grande para verse del mismo tamaño. El resultado es que la percibimos como si fuera más grande.

¿Qué es la realidad? ¿Tenemos acceso directo a ella? Todo parece indicar que no.

13 comentarios:

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Estimado Sergio: UN GRAN ABRAZO por este naciente 2013, que tengas una dotación abundante y bien apretadita de bendiciones para este año, mucha salud y mucho trabajo... lo demás, material, monetario y logros profesionales, eso nos toca a nosotros, con esfuerzo y constancia.

Tu inserto muy bueno, escuché tu intervención en el noticiero y si en efecto, que importante es que uno entienda que la PERCEPCION de la realidad por nuestros sentidos, mas que una captura de datos, es una INTERPRETACION de lo que se capta, diria yo, es la la vez la percepcion y la elavoracion de una explicacion de los percibido... y entonces se podria decir que lo que mas aborrece nuestro cerebro son las incongruencias.

Jejeje, ¿quieres hacer tu obra buena de hoy? si explicaras esta misma capsulita, en un programa deportivo, futbolero, digamos, le podrias quitar lo arrogante a mas de un analista de futbol que le exige al arbitro que vea, analice y juzgue una jugada en un escaso segundo o menos, eso supuniendo que el cerebro no nso juega estas travesuras de "interpretar" mas que captar datos. Le serviria mucho a unos atribulados arbitros que siempre son señalados como ineptos, por quien comodamente desde el palco perfecto de la TV ven la mejor toma, multiples tomas y a diferentes velocidades... ¡ja! asi cualquiera es arbitro.
De nuevo felicitaciones por tu trabajo y exito este 2013

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Jajaja, se me cae la cara de PENA, ¿escribi elavoracion? ¡mísero de mí, mil planas con la palabra ELABORACIÓN, por burro!
Ni modo, pa' empezar el año bien, jeje...

Sergio de Régules dijo...

Querido Luis Martín: Buenísima frase, la de "lo que más aborrece nuestro cerebro son las incongruencias". Resume tan bien lo que quise decir, que no hay más que añadir. Sí, algo más que añadir: feliz año nuevo para ti también.

Sergio de Régules dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Irma dijo...

FELIZ AÑO,todos los viernes te escucho y aprendo, ya lei La mamá de Kepler y mi hijo en eso esta, de parte mia y de mis hijos un gran abrazo.

Irma dijo...

FELIZ AÑO,todos los viernes te escucho y aprendo, ya lei La mamá de Kepler y mi hijo en eso esta, de parte mia y de mis hijos un gran abrazo.

Irma Elena Pérez dijo...

Feliz AÑO, todos los viernes te escucho y aprendo, ya lei La mamá de Kepler y mi hijo en eso esta, te mandamos un fuerte abrazo mis hijos y yo.

Sergio de Régules dijo...

Gracias, Irma. Un abrazo para ustedes también. Espero que todos disfruten "La mamá de Kepler".

Unknown dijo...

Otra ilusión interesante es la que sucede con los ventrílocuos: ellos, para no mover los labios, evitan la pronunciación de los sonidos de la "B", "P" y "M" y los sustituyen por "D", "T" y "N", respectivamente. Así, mientras el ventrílocuo dice: "Duenos días, ¿ne tuedes tasar ese tan con nernelada?", nuestro cerebro, al carecer de un referente visual en la boca del muñeco que sólo hace movimientos básicos de abrir-cerrar, hace que escuchemos lo lógico: "Buenos días ¿me puedes pasar ese pan con mermelada?.
¿Qué opinas, Sergio?

Anónimo dijo...

interesante

alberto 81 dijo...

hola Serguio espero que estes bien y con salud,me paresio muy intersante el programa de la ilucion de la luna y me gustaria tener el audio, si de favor pudieras indicarme como consegirlo

Sergio de Régules dijo...

Hola Eduardo. Siempre me había preguntado cómo rayos le hacen los ventrílocuos. Tu comentario me ha iluminado: ¡es el efecto McGurk! ...o por lo menos suena muy razonable. Habría que ver si hay más información de esto. Gracias.

Hosting Bogotá dijo...

Gracias por enseñarnos tanto, valoro mucho tu trabajo.