Ayer una nube gigante de raudas partículas con carga eléctrica proveniente del sol se tragó a la tierra.
Suena horrible, ¿no?,
pero es un acontecimiento común, que se hace más frecuente por ciclos. Durante
sus periodos de actividad más intensa, que ocurren aproximadamente cada 11
años, el sol despide bocanadas de material súper caliente en todas direcciones.
Este gas de altísima temperatura viene en forma de plasma, que es una especie
de puré de átomos: en vez de átomos completos, con un núcleo
positivo bien empacadito en un cascarón de electrones negativos para formar un
conjunto eléctricamente neutro, los electrones vienen revueltos con los núcleos
y muy agitados. A veces esos soplos de plasma pasan por la tierra. Para las
partículas con carga eléctrica que forman la nube, el campo magnético terrestre
es como una cerca de alambre de púas en la que se enzarzan cuando se aproximan
a nuestro planeta. El impacto del plasma solar deforma la cerca de púas y se
produce lo que se conoce como tormenta geomagnética: aumenta la actividad de las
auroras polares, que se hacen más intensas y se dejan ver más lejos de las regiones
polares que de costumbre, y a veces se sobrecargan los cables de alta tensión,
lo que puede dañar y desconectar las redes de suministro de electricidad. En
1989 una extensa región de Canadá se quedó sin energía eléctrica por varias horas debido a una tormenta
geomagnética; ¡y era invierno!
Cuando el aliento abrasador del sol nos rodea las capas
superiores de la atmósfera se calientan y se expanden. Como consecuencia, la
atmósfera se extiende a alturas mayores, como una marea que sube, y les moja
los pies a algunos satélites meteorológicos, de comunicaciones,
militares y de investigación. Este baño de pies metafórico aumenta la fricción
entre el satélite en movimiento y las capas altas de la atmósfera. El satélite
pierde un poco de altitud y se hace necesario corregir su curso. Pero el vaho
solar tiene efectos más graves sobre los satélites. Estos aparatos son cascarones metálicos con equipo electrónico dentro. Cuando llega la bocanada de plasma solar, las
partículas cargadas se acumulan en las piezas del satélite que no son
conductoras de la electricidad y acaban produciendo descargas eléctricas que
pueden hacer fricassé los componentes electrónicos del satélite o producir
errores en las computadoras del aparato.
Si algún incauto se encuentra en las capas más elevadas de
la atmósfera —o fuera de la atmósfera—, se arriesga a absorber dosis de
radiación más altas de lo que conviene. Las tormentas solares son un peligro
especial para los astronautas. Y también para las personas que viven en
latitudes elevadas de la tierra porque las líneas del campo magnético están más concentradas en los polos, como los tallos paralelos de un ramo de
flores. Las partículas cargadas se quedan atoradas haciendo espirales alrededor
de las líneas de campo y emitiedo radiación. A las regiones polares, donde las
líneas de campo se reúnen en gavillas, llegan más partículas y más radiación.
Cada ciclo solar de 11 años se espera que aumente la
frecuencia de estas expulsiones de masa del sol, las cuales se clasifican según
su intensidad. La del jueves pasado fue intensa,
pero no extrema como la de 1989 que dejó sin electricidad a una buena parte de
Canadá en pleno invierno. Desde los años 90 se reconoce un área de
investigación científica llamada “estado del tiempo espacial” (space weather) que abarca todos
los efectos del sol en las inmediaciones de la tierra, además de las lluvias de estrellas.
El golpe al campo magnético de la tierra también puede
alterar las señales de los satélites del Sistema Mundial de Localización igual
que se altera la imagen de un
objeto sumergido si agitamos el agua, o sea que si hoy su teléfono inteligente
le indica que se encuentra usted en la Patagonia, mientras que a usted le consta que no se ha movido de la colonia
Portales, no le eche la culpa a su proveedor de teléfono celular. Tampoco le
eche la culpa si las redes de teléfonía tienen fallas hoy: posiblemente no se
deban a la incompetencia de la compañía.
Anticipo y contesto algunas de las dudas más frecuentes:
¿Hay peligro? ¿Esto produce cáncer? ¿Hay que quedarse en casa? ¿Nos vamos a
convertir en monstruos verdes con ojos saltones y pelos en las orejas? ¿Esto es
culpa de los mayas? ¿se va a acabar el mundo? Y las respuestas son:
No
No
No
No
No y
Sí, pero faltan miles de millones de años.
7 comentarios:
Estimado Sergio, muy sabroso comentario. Digno de un viernes muy bien venido...
Pregunta: en un documental sobre Marte y la duda de por que no hay practicamente agua alla, proponian que se solidifico el nucleo de ese planeta, que dejó de fluir y por ello desaparecio su magnetosfera. desapareciendo la magnetosfera, nada contuvo el viento solar, y este "barrió" con su atmosfera. Es decir, la agua evaporada se la llevo el viento solar y no cayo de nuevo como lluvia. Se secaron finalmente... ¿pudo suceder asi?
¿eventualmente nuestro nucleo terrestre se podria enfira a tal punto que deje de fluir? ¿cesaria el campo magnetico? y con esto ¿se podria perder nuestra atmosfera?
... a proposito de este evento y lo evidentemente crucial que resulta nuestra magnetosfera.
..."¿Nos vamos a convertir en monstruos verdes con ojos saltones y pelos en las orejas?" jejeje, algunos andan por ahi acorde a la descripcion y sin pretexto de tormenta solar eh?
Sí: hay mucha gente que YA es un monstruo verde de ojos saltones y pelos en las orejas. Yo sólo tengo ¡los pelos en las orejas!
Oye, pues lo de Marte y su magnetósfera suena raro. En Marte no hay agua corriente porque la atmósfera no es suficientemente densa (el agua se evapora si no hay suficiente presión) y porque hace mucho frío: el agua que queda está congelada, muy posiblemente en el subsuelo marciano (según datos del Phoenix y de los carritos Spirit y Opportunity). Lo del núcleo de la tierra, pues supongo que sí, algún día dejará de removerse y de generar el campo magnético, con lo que nos llegará más radiación del sol. No sé si se barrerá con la atmósfera. Pero falta mucho, eso sí.
Correcto, Sergio; de hecho la idea de explicar la falta de atmosfera por el desaparecimiento de la magnetosfera en Marte, es rara... pero permite explicar algo que la actual idea de una gravedad debil, baja temperatura y poca atmosfera no explican: ¿POR QUE HAY RASTROS (CANALES) DE ANTIGUAS CORRIENTES DE AGUA (CANALES), AGUA LIQUIDA Y A CIELO ABIERTO, SI AHORA NO LA HAY? ¿Por que si la distancia al sol no ha variado (eso determina lo frio o caliente de un planeta) y la gravedad es la misma, por que antes, en algun momento hubo agua corriendo a cielo abierto y ahora no? la solidificacion de su nucleo metalico, la cesacion de su campo magnetico, abre la puerta a este viento solar no solo bombardeando Mate, sino "barriendolo"... y chao a la atmosfera, llevandose el vapor de agua.
Pero, solo es una hipotesis. Mucho se avanzará ya que lleguen naves tripuladas a Marte... y sigo pensando, ojala no quieran "terraformar" a Marte. No es como en 1492, que plantando la bandera, ya todo es del descubridor.
!Tampoco le eche la culpa si las redes de teléfonía tienen fallas hoy: posiblemente no se deban a la incompetencia de la compañía!... se salvaron por hoy. Pero ya mañana no tendrán escusa. ¬¬
Buen artículo.
Sergio: no dejes de poner en este blog lo que platicaste hoy con Pedro Ferris. Estuvo muy interesante y comentable. Para entrarle aqui tambien. Saludos.
Muy interesante el artículo pero también los comentarios. Sergio, ahora deberías escribir acerca de Marte y de la relación que tiene el núcleo de un planeta con su campo magnético ya que suena muy interesante. Espero se te quite esa flojera muy pronto y sigas escribiendo cosas tan interesantes como estas. Saludos a todos.
¿Qué le sucede a la ISS con estas tormentas?
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