Si las notas que se oyen en este video fueran una prueba de cultura musical, yo diría que podría ser una pieza de Igor Stravinsky (quizá La consagración de la primavera, de 1913), o tal vez del compositor francés Edgar Varèse. En cualquier caso, de alguna estrella musical del siglo XX.
Pero no. Estos acordes tan "siglo XX" provienen de una estrella, pero no musical: son los sonidos que oiríamos si estuviéramos flotando en la corona del sol.
La corona es la atmósfera del sol. Es una mezcla de gas y partículas cargadas a cerca de 1 millón de grados centígrados. Estos materiales están en constante actividad. En la corona se ven surgir y desaparecer estructuras en forma de lazos y curvas, hechas de plasma. Estas estructuras pueden medir hasta 100,000 kilómetros de largo (unas ocho veces el diámetro de la Tierra). Sus despliegues de actividad ponen a vibrar todo el material de la corona como si fuera el aire en una sala de conciertos. En otras palabras, la corona está llena de ondas sonoras, aunque de frecuencias tan bajas, que incluso si pudiéramos estar ahí sin achicharrarnos no podríamos oírlas.
Robertus von Fáy-Siebenbrügen y su equipo del departamento de investigaciones solares de la Universidad de Sheffield sabían que los lazos de plasma de la corona solar no vibran al azar: pueden agitarse hacia los lados, como las cuerdas de un violín, o extenderse y contraerse, como la columna de aire en el interior de una flauta. Los investigadores tomaron información de videos y fotografías del sol. Luego aplicaron un programa de computadora para convertir esos datos en información acústica y acelerar la grabación para llevarla al intervalo de frecuencias del oído humano. Que el resultado no sea un siseo continuo como de radio sin sintonizar demuestra que la actividad coronal tiene cierta estructura. Esa estructura da información que servirá para entender el mecanismo de la actividad coronal y así poder predecir las tormentas solares. Estas explosiones de actividad eléctrica y magnética del sol pueden freírles los circuitos a los satélites de telecomunicaciones y dejar inoperantes las redes de alimentación eléctrica
3 comentarios:
¡Ah! Al fin... Un tema original, interesante y atractivo. La divulgación es difícil porque fácilmente la novedad de la divulgación de ayer se convierte en el más común de los lugares de mañana. Y nadie parece darse cuenta.
Bien hecho mi estimado, pensé que ya no te ibas a reinventar más en esta vida. I stand corrected...
Hola Sergio, no aparece el video en su blog, al parecer no subió adecuadamente.
Alguna vez escuché sobre la música de las esferas, el sol definitivamente lo es, aunque nunca pensé que la música fuera tan candente.
Ojalá pueda subir nuevamente el video para poder apreciarla.
Gracias
Gracias, espacio-tiempo. Encantado de tener un crítico riguroso. Sí, es difícil reinventarse, pero es indispensable hacerlo por lo menos cada 2 o 3 años, ¿no crees? Lo malo es que exige tiempo, además de un esfuerzo intenso de autocrítica. Veamos qué más puedo hacer.
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