martes, 9 de junio de 2009

Newton, funcionario

Isaac Newton hizo una mueca de descontento: los carpinteros le estaban robando dinero. Bueno, a él no, sino a la Real Casa de Moneda de Inglaterra, cuyo flamante director era Newton. La función del director era, ante todo, vigilar que se administraran bien las instalaciones de la Casa de Moneda, a la sazón situadas en la horrible Torre de Londres, mejor conocida como prisión que como recinto dedicado a acuñar las monedas de plata con que los ingleses de la época compraban sus alimentos, pagaban la cerveza y liquidaban sus impuestos.

Le habían dado el puesto en 1696, y era un cargo en gran medida honorario. Diez años antes Newton había publicado un mamotreto titulado Principios matemáticos de la filosofía natural. En el pesado volumen Isaac Newton exponía tres leyes matemáticas que permitían describir cualquier tipo de movimiento, además de una descripción matemática de la fuerza con la que el sol atrae a los planetas (y los planetas se atraen entre sí). Como en pocas ocasiones en la ciencia, la obra volvió célebre a su autor en muy poco tiempo. Así, diez años después, el gobierno de su país lo recompensaba con un cargo muy bien pagado, pese al poco trabajo que le tendría que haber exigido.

Newton fue director de la Real Casa de Moneda durante 30 años, hasta su muerte en 1727, y sí tuvo trabajo. Las cuentas de los carpinteros eran lo de menos. La institución tenía otro problema mucho más grave: para establecer su sistema monetario y acuñar dinero, el reino había empleado unas pesas de referencia con las cuales se determinaba el contenido de plata de las piezas de cada denominación. Pero las pesas eran demasiado pesadas: la plata contenida en un chelín, por ejemplo, valía más que un chelín. Convenía más fundirla y venderla que conservarla como moneda. Como resultado de esta pifia, la gente empezó a cortar las monedas, a fundirlas y desde luego a falsificarlas. Al poco tiempo ya casi no había circulante en Inglaterra y el sistema financiero, en el que el dinero en papel era una novedad aún poco socorrida, se tambaleaba. 

Isaac Newton llegó a tiempo para modificar el sistema monetario del reino. El muchacho sabía sumar, como demuestra su altercado con los tramposos carpinteros, pero también sabía hacer cálculos mucho más interesantes: es más, Isaac Newton había inventado una nueva rama de las matemáticas que le permitía expresar matemáticamente el cambio y el movimiento, encontrar soluciones óptimas, maximizar, minimizar y calcular tasas. Por si fuera poco, el físico más famoso de antes de Albert Einstein había empezado a ocuparse de alquimia, conjunto de procedimientos entre científicos y mágicos cuyo objetivo era encontrar un material para transformar cualquier metal en oro. La alquimia dio lugar más tarde a la química moderna, y aunque Newton no podía convertir plomo en oro (ni Newton ni nadie), sus conocimientos sí le sirvieron para idear métodos para purificar y sopesar la plata de las piezas de moneda. La institución que dirigía Isaac Newton instauró un nuevo sistema monetario en el que las piezas seguían teniendo el valor real que representaban, pero en el que poco a poco se introduciría la idea del dinero como abstracción: una moneda o un billete no valen intrínsecamente, sólo representan su valor. Algunas décadas antes de Adam Smith, el teórico de la economía, Isaac Newton escribió "el valor del dinero es sólo una cuestión de opinión"; dicho de otro modo, se establece por convención. Con todo, Newton perdió un debate en el consejo encargado de modificar el sistema monetario. Ganó la idea de que las monedas valen intrínsecamente y como resultado, al cabo de diez años el nuevo sistema también estuvo a punto de venirse abajo.

El director de la Real Casa de Moneda tuvo que lidiar con los falsificadores. No había policía, no había documentos de identidad, no se podía saber el paradero de un individuo con la facilidad con que se puede hoy. Añádase a esto que Newton no era muy sociable y que había vivido toda su vida en ciudades muy pequeñas, como su pueblo natal del Woolsthorpe y la ciudad universitaria de Cambridge. En Londres se encontró una población desmedida (600,000 habitantes) y un índice de criminalidad al que no estaba acostumbrado. Isaac Newton armó un equipo de agentes e informantes que se disfrazaban para infiltrarse en los círculos de los falsificadores (en cierta ocasión pagó 5 libras, una fortuna, por un disfraz para uno de sus agentes). Aunque el cargo de director de la Real Casa de Moneda era tradicionalmente honorario, Newton se lo tomó muy en serio (y ésta es quizá una de las pocas consecuencias positivas que tuvo en su vida su personalidad maniática).

Con los personajes célebres ocurre que sus vidas se van destilando en la imaginación popular hasta dejar sólo uno o dos acontecimientos importantes. A Newton lo recordamos como el fundador de la física moderna con sus leyes del movimiento y el cálculo diferencial e integral. Pero Isaac Newton hizo muchas otras cosas en su larga vida. Se sabe que dedicó más tinta a la alquimia y la teología que a la ciencia propiamente dicha. Se obsesionó con la interpretación de la Biblia. Se ganó la enemistad sincera de algunos contemporáneos. Fue presidente de la Real Sociedad (sociedad científica que sigue existiendo), así como miembro del Parlamento. Se dice que la única vez que levantó la mano para tomar la palabra decepcionó a los asistentes, que esperaban conteniendo la respiración las palabras del súper sabio Newton, porque sólo pidió que cerraran una ventana porque tenía frío.

La historia de Newton, el funcionario, se encuentra en el libro Newton and the Counterfeiter, de Thomas Levinson.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sergio, ¿como sería de genial y de excepcional Newton que le dedicó menos tiempo a la física, que a la Teología o a la Alquimia? y en la física fue "la ley" hasta que apareció Einstein.

Estos seres extraordinarios, genios, lo son tanto que a veces creo (estoy seguro) no sabemos que tanto lo son porque nosotros deberiamos ser mas inteligentes para poder dimensionarlo. Un ejemplo: con la limitada habilidad para movimientos finos que tienen lso chimpancés ¿como podrian ellos saber la tremenda calidad del sistema nervioso humano, y la habilidad manual que representa, digamos, una mecanografa a la que le vuelan las manos por el teclado o un pianista concertista ejecutando a mozart, a chopin? sencillamente ni siquiera está en condiciones de poder entenderlo.

Imagino que el nivel de inteligencia de Newton y otros como ellos, es tal, que a nosotros el comun de la gente, es igual que un niño que aun no sabe hablar, comparado con un traductor que pasa de un idioma a otro sin problema. yo creo que asi de diferentes son estos genios.

Sergio, quien en tus pesquisas historicas (ya te descubri un nuevo filon: cientifico, divulgador, promotor de palabras en desuso, musico y historiador aficionado), quien te parece el mas inteligente de los cientificos que ha habido? ¿quien es el mas decisivo, original, el mas radical en su aportacion a la ciencia?

Ojala de ese tal nos puedas platicar algo como de Newton.

En otro rango, diferente,te propongo un personaje que parece no el mas inteligente, pero si inquieto, imaginativo, y muy activo. Edison.

Saludos. Luis Martin Baltazar Ochoa

Lalo dijo...

Me encanta cuando logran agregar facetas que desconociamos sobre personajes que se asocia con una sola actividad...

Gracias por la fuente

Frida Caballero dijo...

Hola Sergio, me encanta escucharte hoy aprendí algo nuevo sobre la vida de este genio. Después le he enseñado a mi hija de 10 años, el tema en este espacio y ella lo mostrará mañana en el colegio. Felicidades

frida carmina dijo...

oli sergio como estas me encanto tu reseña sobre Newton me encanta la ciencia yo creo que en un futuro sere cientifica ja ja bueno me gusto hablar contigo y hablar en persona contigo me moriria si te viera. gracias por tu atencion.

frida carmina hija de frida caballero

Sergio de Régules dijo...

Luis Martín (alias Anónimo): ¡Edison! Buena idea. Lo iré planeando. Pues es difícil destacar sólo a unos cuantos de los bien conocidos; la verdad es que eso de la inteligencia y la genialidad es un poco como Miss Universo: ¿será Miss Universo de veras la mujer más hermosa del mundo? ¿habrá tal cosa? Podemos mejor hablar de su impacto, que depende en buena medida de lo chidos que sean (por promover otra palabra en desuso), pero también de las circunstancias sociales y culturales en las que hacen sus aportaciones, y hasta de la suerte que corran después sus ideas. Newton es uno tremendo, pero también Darwin. ¿Más o menos que Newton? Imposible decidirlo. Einstein, sin duda, pero Bohr o Heisenberg? ¿Schrödinger o Planck? Creo que todos son finalistas de Miss Universo.
Frida Caballero: yo también tengo una hijita de 10 años y sé lo importante que es llevar noticias a la escuela. Gracias. Me da mucho emoción.
La otra Frida, Carmina: no te morirías si me vieras porque no estoy tan feo (bueno, ahora con los años un poquito más).
Gracias a Lalo también.

Alfo dijo...

poco a poco uno se va enterando de la genialidad de los personajes de la ciencia, el decir que dedico mucho tiempo a la alquimia y a la teología ya no mancha su nombre, yo creo que solo lo engrandece más.