martes, 23 de junio de 2009

El matrimonio, la pluma y el martillo




Erin Finnegan y Noah Fulmor, de Nueva York, se quitaron un peso de encima cuando se casaron, el 20 de junio de 2009.

De hecho, se quitaron todo el peso de encima, porque su boda se llevó a cabo en condiciones de ingravidez.

La señorita Finnegan y el señor Fulmor se casaron en un avión de la compañía Zero Gravity Corp, que se especializa en suprimir la gravedad. Para eso, el Boeing 727-200 de la compañía asciende a 34,000 pies y luego se deja caer como una piedra. Esto lo hace entre 12 y 15 veces por vuelo de una hora de duración. El aparato va trazando así una serie de parábolas, las curvas que naturalmente siguen los cuerpos cuando la única fuerza que los solicita es la gravedad.

Galileo Galilei nunca se imaginó lo que estaba poniendo en marcha aquel día de 1590. Según el primer biógrafo de Galileo, por esas fechas su biografiado subió al último nivel del campanario de la catedral de Pisa con una bola de plomo y otra de madera, de pesos muy distintos. Se supone que Galileo soltó las dos bolas para demostrar que caían al mismo tiempo. El experimento era una provocación directa y sin disimulo contra sus colegas universitarios, que seguían sosteniendo una teoría del movimiento que a la sazón ya tenía 2000 años. Aristóteles, creador de esta teoría, pensaba que los objetos más pesados caen más rápido, lo cual es muy natural, puesto que la fuerza de gravedad que se ejerce sobre ellos es mayor. Galileo, que había estado haciendo experimentos y reflexionando, se había dado cuenta de dos aspectos del problema de la caída de los cuerpos: 1) la fuerza de gravedad, en efecto, es más intensa sobre un objeto pesado; pero al mismo tiempo, 2) el objeto pesado es más difícil de mover. En opinión de Galileo, estos dos efectos se anulan y los objetos deben caer al mismo tiempo, sin importar cuanto pesen (y siempre que no intervenga la resistencia del aire). Galileo se subió a la torre, soltó sus bolas y...




Nadie sabe si de verdad hizo el experimento, pero hoy no tenemos la menor duda del resultado: si la única fuerza que actúa sobre muchos cuerpos es la gravedad, todos caen con la misma aceleración.

Volvamos al avión con Erin y Noah, que están ansiosos de casarse. Cuando el aparato se deja caer libremente, todos los cuerpos que van en su interior (incluyendo los humanos) caen a la par, como las bolas de Galileo. El efecto es que todo flota como si no hubiera gravedad.

He escrito "efecto" y "como si no hubiera gravedad", pero no hay que pensar que la ingravidez que se produce en el avión de Zero-G es un truco ni una simulación. No: ingravidez, en física, es equivalente a caída libre y no hay otra manera de flotar -ni en la Tierra ni en el espacio- más que ponerse a merced de los campos gravitacionales que estén presentes. La Tierra cae libremente, abandonada a la gravedad del sol; la luna a la de la Tierra. Y los astronautas, con sus transbordadores y estaciones espaciales, sólo flotan porque están en caída libre, no porque estén lejos de la gravedad de la Tierra (no lo están: las órbitas típicas de esos vehículos, de unos cuantos cientos de kilómetros de altitud, se ciñen apretadamente a la superficie del planeta, que tiene 12,800 kilómetros de diámetro).

Una forma más barata de sentir ingravidez, aunque sea por unos instantes, es ir a la feria (el parque de atracciones). En la de la Ciudad de México está la Power Tower (o algo así), juego en el que un carro sube hasta unos 70 metros de altura por una columna y luego se deja caer libremente. Otra forma todavía más barata: ¡saltar!

La compañía Zero-G no sólo ofrece bodas sin gravedad: también tiene actividades recreativas y hasta educativas (a 5,000 dólares por persona, más o menos). Aprovecho este espacio para sugerirles a los administradores de esa compañía otra actividad que muchos soñarán con llevar a cabo en condiciones de ingravidez, y que hubiera sido la culminación natural de la boda de Erin y Noah: ¡sexo sin peso!


Consulta también esta página, donde explico este asunto de manera más didáctica (el de la ingravidez, no el del sexo sin peso, lamentablemente).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Sergio! en lo ultimo de tu comentario, cuando dijiste de sexo y gravedad cero... y cuando en la última parte dices : en esta pagina se explica mas didacticamente... ¿QUE, LO DEL SEXO SIN GRAVEDAD? no hombre, lo de la caida libre... jejeje, ¡temí que te ibas a atrever!

En una entrada ya muy antigua, decias de un motor de automovimiento perpetuo (inexistente e inviable), que de ser posible, implicaba la anulacon de la gravedad. Como dijiste, imposible...

Pero en la mente fantasiosa de tu servilleta, me gustaria pensar en esa posibilidad, vaya, tipo star trek, y ese anulador de gravedad como LA GRAN SOLUCION para poder emprender viajes espaciales a gran escala: no mas motores gigantescos para poder escapar de la tierra, no mas limitaciones de peso en las naves, no mas problemas de reingreso a la tierra (se harian flotando como una pluma), no mas problemas con friccion atmosferica, y sobre todo (fruto de mente afiebrada) si se pudiera anular la gravedad, tambien se podria crear: gravedad artificial en las naves espaciales.

Pero, al menos HOY, HOY, HOY (perdon el chiste) no se puede... aunque, una nota curiosa: en algun lugar por ahi, hace ya años, escuché que cientificos estan estudiando la teletransportacion, y que la lograron, no si si a nivel solo molecular, pero piensn ellos que algo de eso hay. ¿como ves?

Luis Martin Baltazar Ochoa

Sergio de Régules dijo...

Hola Luis Martín: Pues, en efecto, HOY HOY HOY lo que sabemos de la gravedad nos indica que anularla no se puede, ni crearla artificialmente. Igual y un día descubrimos más cosas sobre la gravedad. Por el momento, haremos gala de prudencia científica (y diremos que no se puede) y de prudencia filosófica (y diremos que por lo menos hasta donde sabemos).
En cuanto a la teletransportación, es un nombre exagerado para un fenómeno que ocurre solamente en la escala de átomos individuales. De momento, la teletransportación a la Star Trek está muuuuuy lejos.

José María Hdz dijo...

Hola Sergio. Con respecto a la gravedad artificial, yo leí en un libro (no te digo cual porque puede que te burles de mi) que se podia crear gravedad artificial para poder sobrevivir en el espacio: la idea era crear un cilindro circular (una especie de dona gigante), y ponerla a girar haciendo que todo tienda a irse hacia el lado externo (como cuando tomas una cubeta llena de agua y la haces girar y el agua no se cae). ¿Qué te parece esa idea? ¿Es una idea tonta? A mi me pareció lógica.
Y por otra parte, el sexo aereo, que raro se debe de sentir ¿no? Me imagino que nos cansaríamos menos, pero imaginate, tambien batallariamos para que la vieja no se te fuera lejos en el acto. que incómodo, que buenoq ue existe la gravedad.
Saludos.

Sergio de Régules dijo...

...y la fricción, querido Chema, y la fricción.

No, la idea es buenísima: creas gravedad por medio de aceleración centrífuga. Es lo que usó Arthur C. Clarke en "2001: Odisea en el espacio". Funcionaría perfectamente.

Mario Mora dijo...

que tal Sergio...

hace unas semanas en el programa del discovery "cazadores de mitos" hicieron el experimento de la pluma y el martillo con los resultados predichos

hicieron primero el experimento en una camara de alto vacio y despues lo hicieron en el avion.

curiosamente ese programa (que no puede ver completo) hicieron varios experimentos sobre los mitos que decian que el hombre no fue a la luna (como el de la bandera ondeando y cosas asi) y pues como era de esperarse, hubo explicación contundente de los hechos que hacian dudar que el hobre hubiera ido a la luna

SINNER dijo...

Sergio, qué agradable es leer lo que escribes. Si escucharte en radio es muy ameno e interesante, lo es aún más leerte.
¡Gracias por los buenísimos momentos que nos regalas!