viernes, 13 de enero de 2012

"Yo nunca me equivoco"


Hace muchos años mi amigo Luis Miguel Lombana, actor y director escénico, montó una versión muy chistosa de una ópera cómica que compuso Mozart a los 12 años. La ópera se titula Bastián y Bastiana, y es posible que nunca se haya interpretado en vida del compositor. Uno de los personajes es un mago charlatán llamado Don Colás, que en la versión de Luis Miguel decía una frase que se me quedó grabada: “Yo nunca me equivoco, especialmente cuando estoy seguro de que estoy seguro”.

Suena a lo que podría decir uno de esos próceres que pueblan la historia de la ciencia mal contada. Galileo, Newton, Einstein, Stephen Hawking —y los científicos en general— se nos muestran como genios infalibles cuyas palabras y pensamientos no pueden contener errores… un poquito como el propio Mozart, de quien se dice que componía de un tirón, sin borrones ni enmendaduras, como si tomara dictado de los ángeles. Así pues, parecería que en el mundo hay gente común y corriente, por un lado, y genios que todo lo saben o lo adivinan, por el otro. En esta visión sobresimplificada de la creatividad extraordinaria los genios son una especie de monstruo con el cerebro conectado a la mente de Dios, o al sistema operativo del universo (versión 1.0 sin actualizaciones desde hace 13,700 millones de años).

Si fuera cierto que los científicos geniales de la historia son infalibles cual papas renacentistas, entonces habría bastado uno de ellos para decírnoslo todo y, por supuesto, esos monstruos jamás dudarían ni se equivocarían; pero no es así, y por eso vemos caducar hoy las teorías de ayer y esperamos que las del futuro superen a las del presente. Los diamantes pueden ser para siempre, pero las ideas científicas no.

Desde luego, hay de errores a errores. No es lo mismo tener una idea que sirve durante cierto tiempo y luego se desecha por obsoleta, como el modelo astronómico de los antiguos griegos, que pergeñar un esperpento intelectual, como el atribuir los fósiles a la malicia divina en vez de considerarlos evidencia de formas de vida del pasado ya extintas. Entre estos extremos hay una gama de maneras de errar en las que cualquiera puede caer. Los científicos no son magos como Don Colás. He aquí algunos ejemplos:

Galileo apuntó su telescopio a Saturno y vio una forma oblonga. Como hacía poco había descubierto que Júpiter tiene cuatro satélites girándole alrededor, Galileo naturalmente interpretó la extraña forma telescópica de Saturno como dos grandes satélites dispuestos a uno y otro lado del planeta. Más tarde escribió un libro completo para demostrar que los cometas son fenómenos atmosféricos, no objetos astronómicos.

Isaac Newton inventó una técnica matemática para describir el cambio y la usó para explicar todos los movimientos con los que uno se puede topar en la vida cotidiana y más allá, en el espacio. Pieza fundamental de este aparato teórico era su ley de la gravitación universal que dice, en esencia, que todas las cosas con masa se atraen. Luego se dio cuenta de que, en ese caso, las estrellas deberían estar cayendo todas unas hacia las otras. Como no era así, Newton no tuvo más remedio que invocar la voluntad divina: las estrellas se atraían, sí, pero Dios las mantenía separadas. En las últimas décadas de su vida, Newton se dedicó a interpretar la Biblia y entre otras cosas calculó que la Creación ocurrió hace unos 6000 años.

En la obra de teatro Copenhague, del dramaturgo británico Michael Frayn, el físico Werner Heisenberg le dice a su antiguo mentor, Niels Bohr, “tú eras el papa de la física”. En otra escena, Bohr cuenta de una reunión internacional de físicos donde se esperaba que Albert Einstein diera su opinión acerca de la nueva teoría cuántica. Bohr narra que esperó esa reunión con ansia y dice: “Si yo era el papa, Einstein era Dios”. Es sólo una forma colorida de expresarse, claro. Para los físicos no hay papas ni dioses —nadie es infalible, por encumbrado que esté—, pese a lo cual, Einstein goza de una consideración especial: tuvo razón tantas veces y de manera tan espectacular, que hasta los físicos le conceden poderes extraordinarios. Quizá por eso nos gusta tanto poder decir “Einstein se equivocó” con sonrisa socarrona y un guiño malicioso.

Voy a contarles algunos posibles errores de Einstein, pero no me gustaría que suene a que quiero presumir de osado ni de blasfemo. En la ciencia siempre ha sido fundamental equivocarse, ¿cómo podríamos generar explicaciones de una cosa tan complicada como el universo si no disparamos en todas las direcciones posibles, la mayoría de las cuales no darán en el blanco? Así pues, la figura de Einstein no queda desacreditada por haber cometido errores porque errar es lo más común en la ciencia; dicho lo cual, pasemos a la sustancia.

1)   La constante cosmológica. Cuando Einstein publicó en 1915 su nueva teoría de la gravedad, llamada teoría general de la relatividad, se vio en un apuro parecido al que inquietó a Newton: sus matemáticas indicaban que el universo debería estar expandiéndose o contrayéndose, no podía ser estático. Como eso no era lo que mostraban las observaciones astronómicas, Einstein pensó que se había equivocado y se sintió obligado a introducir en su bonito modelo una fuerza de repulsión gravitacional de la que no había ningún indicio. La nueva e incómoda fuerza quedaba caracterizada por un término matemático que Einstein llamó “constante cosmológica”. Quince años más tarde, y con nuevas observaciones hechas por Edwin Hubble, resultó que el universo sí se está expandiendo. Einstein soltó un suspiro de alivio y retiró la constante cosmológica, llamándola “el error más grave de mi vida”. Pero la vida está llena de ironías, y en 1998 otras observaciones astronómicas mostraron que el universo no sólo se expande, sino que la expansión se está acelerando, lo que exige que exista una fuerza de repulsión muy parecida a la constante cosmológica. Así pues, Einstein se equivocó al pensar que estaba equivocado. ¿Contamos esto como un error, o será que dos equivocaciones seguidas se pueden anular y Einstein tuvo razón?

2)   La teoría unificada. Einstein, como Newton, también dedicó sus últimas décadas a perseguir quimeras. Desde los años 20 hasta su muerte, en 1955, estuvo tratando de construir una teoría para unificar las descripciones, hasta entonces independientes, de los fenómenos electromagnéticos, la gravedad y la mecánica cuántica. A diferencia de Newton, Einstein no se apoyó en las Sagradas Escrituras sino en la física, pero tampoco consiguió nada. La ciencia es una amante sin corazón.

3)   La velocidad de la luz. El más reciente error posible de Einstein tiene que ver con un artículo de septiembre del año pasado, que discutí en Imagen en la ciencia. Un grupo de investigación de un laboratorio italiano anunció en ese artículo haber encontrado partículas que viajan más rápido que la luz, lo que contradice un resultado muy importante de la teoría especial de la relatividad de Einstein, según el cual nada debería poder propagarse más rápido que la luz en el vacío. La comunidad física ha puesto el resultado en tela de juicio y el consenso hasta hoy es que debe haber algún error en el experimento. A las pocas semanas, una parte del equipo de investigación se retractó y el artículo no se publicó formalmente, pero si llegara a comprobarse (y ya hay quien se está ocupando de repetirlo), entonces habría que modificar la teoría especial de la relatividad y podríamos decir con toda confianza “Einstein se equivocó” —lo cual puede tener valor como noticia para la prensa amarillista, pero para los científicos no será nada del otro jueves.

4 comentarios:

Moises dijo...

Esto cuenta?

"La teoría de la absorción [de Polanyi] tuvo una historia curiosa, pues cuando la presento [...] Nernst y Einstein objetaron que en la teoría de Bohr [...] no cabían semejantes fuerzas de largo alcance, de manera que sin duda Polanyi estaba equivocado.[...] Hermann Mark , quien estuvo presente entonces, observo que las objeciones no importaban a los químicos, puesto que la teoría de la absorción parecía representar bien la situación química, en tanto que la teoría de Bohr estaba harto alejada de los intereses de ellos."

Mas tarde...

"... no fue sino hasta el desarrollo de la mecánica cuántica a fines de la tercera década cuando Michael Polanyi logro que Fritz London lo ayudara a establecer la teoría sobre un firme fundamento mecánico-cuántico de fuerzas de dispersión y de intercambio"

Saludos!

Moises dijo...

*adsorción

Sexto Empirico dijo...

Se me ocurre esta "Dios no juega a los dados".

Buen artículo.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

¡Estimado Sergio!
Que tremendo (y estupendo) preambulo anotaste para dar marco a las equivocaciones de los cientificos, y decir con razon, que esas equivocaciones NO SON FALLAS DE LA CIENCIA, SINO PARTE DE LA CIENCIA. No una anomalia, sino una etapa mas...

Mira, yo recuerdo haberte hostigado con que dijeras algo de la noticia de neutrinos viajando mas rapido que la luz, y que opinabas. Recuerdo tambien que me dijiste que ya estabas preparando algo, pero que primero lo publicarias en "Como ves?" (orale eh, primero tu publico de alla, y luego aqui los camaradas de tu blog... jeje, ta´ bien, para considerarlo en los regalos de navidad, jaja).

...Pues bueno, ya llegó tu comentario. A mi me llama mucho la atencion que siendo por supuesto un cientifico concientemente desprovisto de frenos para criticar, AUN ASI AMIGO SERGIO SE TE LEE UNA VIVA REPELENCIA A CRITICAR AL GENIO DE EINSTEIN. Vaya, se nota en todo.
¿disculparse tanto y decir que no eres un blasfemo por criticar a Einstein? jejeje, sorry, pero casi casi te imagino ruborizado al hacerlo, jeje.

En fin, perdona el (socarron es excelente termino) comentario. Ya en tema, CREO QUE TE FALTÓ DECIR ALGO: para estas fechas, hay un segundo experimento que ya notificaron (no recuerdo por quien) que PARECE ratificar la observacion del primer laboratorio... y eso de que algunos del primer laboratorio, ya "abjuraran" de su primera observacion, me dice que esto de la perseccion de "herejes" se da no solo en los creyentes, eh? sino tambien en lo escepticos... ¡que se mantengan en lo dicho, total, es una MEDICION una OBSERVACION, y eso no los hace blasfemos contra einstein.

POR ULTIMO, ya ves que no tengo llenadero: ¿SI FUERA CIERTO, Y RECALCO EL SI... SI FUERA CIERTO QUE ES POSIBLE VIAJAR A MAYOR VELOCIDAD QUE LA LUZ... ALGUNAS PARTICULAS PUEDEN VIAJAR AL PASADO? ¿ES POSIBLE VIAJAR AL PASADO?

Saludos y que estupendo tema para paladear esta semana