viernes, 11 de marzo de 2011

Bacterias espaciales y propaganda sospechosa

Imagínense que abren la página web de algún personaje público -un político, un funcionario, o el mismísimo presidente, rey o mandamás de su país- para solicitarle un servicio, o quizá sólo para conocerlo mejor. Si lo primero que se despliega en la página es un aviso que dice: "Esta página ha recibido más de 14 millones de visitas este mes", seguido de recuadros en los que se asegura que el personaje es un individuo honorable y serio que trabaja sólo por el bien de su país, ustedes se sentirían inclinados a desconfiar, ¿no? Yo sí. Cuando una persona, una empresa o una institución se alaba a sí misma con insistencia --cuando cacarean sus buenas obras verdaderas o falsas con demasiados clarines y trompetas-- se dispara en mi interior la alarma contra engaños y camelos.

"Alábate, burro, que no hay quien te alabe", decía mi abuelita cuando alguien trataba de afianzar su prestigio por medio de la autoalabanza. Pero el prestigio legítimo sólo puede conferirlo la comunidad, que lo otorga cuando el individuo la convence con hechos, no palabrería hueca. Si uno quiere prestigio de verdad, no hay que decir, sino dejar que los demás digan, espontanea y libremente.

La revista Journal of Cosmology es una publicación que se presenta como una revista científica seria y profesional, pero que recibe a sus visitantes con anuncios, lucecitas de colores y afirmaciones insistentes de su seriedad, apoyadas por personalidades del mundo de la ciencia. "Sí somos una revista seria, ¡de veras!; miren lo que dice de nosotros Fulano de Tal, director del Patito Institute for Scientific Research. ¿Alguien tan listo diría algo bueno de una revista que no fuera la más seria del mundo? Nooooo, ¿verdad?". Así suenan los mensajes con que nos recibe el Journal of Cosmology. Súper sospechoso. ¿Qué nos quieren vender?

En esa revista se publicó hace poco un artículo de Richard Hoover en el que este científico de la NASA (sí: Hoover trabaja en el Centro Espacial Marshall, en Alabama) afirma haber encontrado fósiles de bacterias muy parecidas a ciertas bacterias terrestres en el interior de un meteorito que cayó en Francia en el siglo XIX. Es una noticia espectacular: implica que hay (o hubo) vida en el espacio, o que la vida terrestre quizá no surgió en este planeta, sino en otro. Tremendo descubrimiento.

Falta que sea cierto.

No es la primera vez que un científico legítimo anuncia que encontró bacterias en un meteorito: en 1996 otros investigadores informaron haber encontrado fósiles de bacterias en un meteorito proveniente de Marte (se sabe que viene de Marte por la composición química de la roca y del gas contenido en unas burbujas que tiene dentro), pero a los pocos días la comunidad científica ya había encontrado tantas objeciones al método de investigación y tantas alternativas a la explicación de los autores del estudio, que ese asunto, inicialmente tan emocionante, pronto pasó a la historia (lástima: cuando se publicó esa noticia yo estuve a punto de salir a comprar champaña para celebrar).

Ni siquiera es la primera vez que una científico cree encontrar rastros de fósiles en ese meteorito en particular: ya le había pasado, en los años 60, al químico Bartholomew Nagy, de la Universidad de Fordham. Entonces, ¿hay fósiles en ese meteorito o no?

¿De qué depende que se considere "verdad" una afirmación en ciencia? Los científicos son personas muy exigentes. Para convencerlos no basta que quien hace la afirmación sea un científico con todas las credenciales que se dan por buenas. Tampoco basta que esté afiliado a una institución científica reconocida. Cada afirmación --cada artículo de investigación-- se toma aparte y se evalúa sin ninguna (o casi ninguna) consideración del prestigio que el autor pueda haberse granjeado en el pasado. Las opiniones de una sola persona no cuentan, por encumbrado que esté el personaje; sólo cuenta el consenso de la comunidad, consenso que no se puede comprar ni obtener por extorsión. Ni siquiera se puede obtener por ser muy simpático. La comunidad da el espaldarazo cuando lo que se afirma: 1) no contradice conocimientos bien establecidos de los que no haya razón de dudar, 2) los métodos de investigación de los que se deriva cumplen todas las normas de calidad, 3) es lógico y consistente y 4) no es un resultado único e irrepetible.

El artículo de Hoover no satisface ninguna de estas condiciones. Y, encima, se publica en una revista que, por mucho que se autoalabe, no tiene el reconocimiento de la comunidad científica.

¡Pero Hoover es de la NASA!, me dirán algunos. Para muchas personas, la NASA es como el Vaticano de la ciencia. No lo es. De hecho, que los resultados de la ciencia sean confiables depende de manera esencial de que NO haya Vaticano de la ciencia, es decir, que no haya una autoridad central encargada de sancionar los resultados científicos. Una autoridad así siempre podría ser tomada por personas corruptas y sin escrúpulos (burros que se alaban por no tener otra forma de adquirir prestigio). Es mejor que sea la comunidad la que decida colectivamente y sin presiones de ninguna especie.

Así pues, lamentablemente, seguimos sin pruebas de vida extraterrestre.

3 comentarios:

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Sergio, en otro espacio de divulgacion de la ciencia (saludos Tocayo Bonfil), le decia algo respecto de este tema.
En resumen, el dijo NO ES CIERTO que se haya encontrado fosiles de bacterias en este meteorito.
Yo le dije que coincido en el termino, pero con cierto detalle fino: no es cierto porque no se ha probado que lo sea, y en tanto no se pruebe, no es cierta tal afirmacion... pero decir NO ES CIERTO no es lo mismo que decir ES FALSO. Para afirmar que es falso, tambien se deberian tener los elementos contundentes para afirmarlo.
Asi pues, yo digo que respecto a este articulo, HASTA DONDE SABEMOS (que es el termino exacto que se usa en cienci, segun creo) no es cierto. No ha probado ser cierto y no lo es. Pero no tajantemente es falso.
¿Se podria dejar esta hipotesis, dijeramos, en "modo de espera" hasta que hubiera mas tecnicas para aportar pruebas a favor o en contra? total, para efectos practicos, basta con que no sea cierta para inhabilitarla.
¿me puedes dar tu criterio, Sergio, a ver si mas o menos le entendi o de plano no?
saludos y buen fin de semana

Moises dijo...

Bienvenidos a Imagen en la Logica. jaja
Saludos Martin

José María Hdz dijo...

Ok, sí, retiro lo dicho del orgullo y la soberbia de la ciencia. La regué con ese comentario.
Ciertamente si todas las religiones y cultos tuvieran ese mismo rigor para aceptar creencias, habría menos gente fanática dispuesta a matar para agradar a dios.
O tal vez, de plano, no existirían (las religiones).
Qué bueno que se toman muchas precauciones y que no hay jueces al estilo de los oscares, o la Iglesia católica. Y sobre todo, que bueno que a cada rato se actualizan los conceptos y los datos que se creían ciertos, sin importar quien los haya promovido.
Saludos.