Un día los trabajadores estaban extrayendo piedra del suelo de una cueva cuando se toparon con unos huesos que parecían restos de una persona. Los trabajadores avisaron al capataz y se olvidaron del asunto, pero el capataz, por si las moscas, le envió los restos a un científico de la localidad, llamado Johann Carl Fuhlrott.
Luego de examinar los huesos, Fuhlrott concluyó que eran restos humanos, pero muy antiguos...y seguramente de un individuo enfermo, porque tenía las piernas muy arqueadas y una deformación en el cráneo, al nivel de las órbitas de los ojos. El científico pensó que debía de ser un ejemplar "de las más antiguas razas del hombre".
Pero en 1856 la mayoría de los europeos, incluyendo a los científicos, vivían convencidos de que la humanidad era el pináculo de la creación divina, y que ésta tenía no más de 6,000 años. Así lo habían calculado varias lumbreras, desde el astrónomo alemán Johannes Kepler y el físico inglés Isaac Newton, en el siglo XVII, hasta el arzobispo irlandés James Ussher, en el XVIII, tomando como referencia el relato del Génesis, en la Biblia. A Fuhlrotty sus contemporáneos simplemente no les hubiera entrado en la cabeza que el esqueleto pudiera ser ni una especie antepasada de la nuestra ni un primo cercano: Dios había creado al hombre a su imagen y semejanza de una vez por todas (no por etapas, digamos, ni por ensayo y error) --y a la mujer de la costilla del hombre.
Luego fueron apareciendo más restos parecidos al del hombre del valle del Neander y los científicos del siglo XIX se formaron la idea de una raza degenerada y enferma, dejada de la mano de Dios --sobre todo cuando se encontraron huesos igual de antiguos, pero de individuos más parecidos a nosotros. Ya en el siglo XX otros reconstruyeron el esqueleto del "hombre de Neandertal".
Pero toda reconstrucción es una interpretación. A falta de esqueletos completos, había que suponer muchas cosas acerca del modo de ensamblar aquellos huesos añejos y los científicos se dejaron llevar por sus prejuicios. El hombre de Neandertal así vuelto a la vida resultó un ser encorvado, embrutecido y salvaje, de poca habilidad manual y escasas luces. Esto no tenían manera de saberlo los señores científicos, puesto sólo había huesos para dar testimonio de la vida de aquellos seres, pero siempre es muy bonito creer que lo que no es como nosotros, es por fuerza inferior. Es más, en su prisa por pintar un retrato desfavorable de los hombres de las cavernas, ni siquiera se dieron cuenta de que los neandertales tenían mayor capacidad craneal que los humanos modernos. Los científicos no se libran de los prejuicios de su época, por más que muchos se crean que sí.
Para entonces ya se sabía que la Tierra tenía muchos millones de años. El neandertal era, pues, un ancestro salvaje y bruto de la humanidad de hoy, hermosa, diestra y noble, no faltaría más.
Al prejuicio de la humanidad como cumbre de la creación añádase que los europeos se concebían como la máxima expresión de la humanida. Todas las otras poblaciones humanas eran humanas, sí, pero degeneradas e inferiores. Al neandertal le tocó también esta valoración sesgada. Todavía hoy le decimos "neandertal" a alguien cuya inteligencia queremos poner en duda.
En los años 50, dos paleontólogos llamados William Stuart y A. J. E. Cave (excelente apellido para un paleontólogo) volvieron a reconstruir al neandertal y obtuvieron un individuo más erguido y grácil. Stuart y Cave escribieron: "Si pudiera reencarnarse y meterse en el metro de Nueva York --limpio, afeitado y vestido a la moda--, posiblemente no llamaría más la atención que cualquier otro de sus ocupantes".
Hoy sabemos que los neandertales no son antepasados nuestros, sino primos. El linaje apareció hace unos 500,000 años y pobló Europa, el Medio Oriente y el oeste de Asia. Los humanos modernos aparecieron hace unos 400,000 años en África, y hace unos 100,000 salieron del continente africano y se internaron en Medio Oriente y Europa, donde convivieron con los neandertales durante por lo menos 10,000 años, como se deduce a partir de huesos y artefactos encontrados en las cuevas de la región.
¿Se aparearon los modernos con los neandertales? Los paleontólogos decían que sí porque hay restos de individuos que parecen mezcla de ambas especies, pero otros opinaban que no, sino que los modernos desplazaron a los neandertales y los exterminaron. Hoy la genética viene al rescate de la paleontología --o quizá viene de entrometida a una discusión a la que no la habían invitado. Recientemente, un grupo numeroso de científicos de muchos países, conocido como Consorcio del Proyecto del Genoma del Neandertal, publicó un artículo en el que se informa que el grupo ha logrado reconstruir 60% del genoma del neandertal (y sigue trabajando).
Explicación en inglés del estudio (la función "insertar" está desactivada, de modo que nos tendremos que conformar con la URL):
Los científicos del equipo usaron esta fracción del genoma de los primos neandertales para compararlo con el de varios humanos modernos (y con el del chimpancé, antepasado tanto nuestro como de los neandertales, y cuyos genes sirven de referencia para saber qué parte de nuestro genoma es ancestral y qué parte es más moderna). La comparación muestra que las poblaciones humanas que no provienen de África (básicamente, europeos y asiáticos) tienen entre 1 y 4% de genes en común con los neandertales, lo que indica que las especies sí se aparearon en el Pleistoceno, cuando coincidieron en Medio Oriente. La mezcla debe de haber ocurrido antes de que las poblaciones humanas se diferenciaran, porque incluso los habitantes de las islas del Pacífico asiático, adonde nunca llegaron los neandertales, tienen genes de neandertal.
¿Qué hubiera dicho la gente bonita de la Europa del siglo XIX?
Svante Pääbo, coordinador del Proyecto del Genoma del Neandertal, explica la relación entre neandertales y humanos modernos que se desprende del estudio de su equipo
5 comentarios:
Muy interesante Sergio, aunque yo creo que todavía por aquí andan algunos seres involucionados neandertales jajaja en la camara de diputados... (Broma!!! jajaja).
O por el contrario crees que nuestro cerebro haya mejorado con esta mezcla HomoSapiens-Neandertales??
Por cierto, tengo el libro "Despues del miedo la ciencia", como puedo obtener un autografo? jaja, en el universum? en fin de semana?
Saludos.
Hola Mary. Pues por ahora estamos de vacaciones en la UNAM, pero el lunes 26 ya estoy por ahí. Con mucho gusto te firmo el libro.
Estimado Sergio, "un saludo neandertalense"...
Dos cuestiones:
Una, segun recuerdo (o recuerdo mal) en un documental de discovery, decian que AMBAS especies, la homo sapiens y la homo neandertalensis habian aparecido en Africa y poblado europa... claro, la neandertal mucho antes. Me parece mas probable que fuera asi, a que los neandertal hubieran aparecido en Europa o Asia, porque de ser asi ¿como podriamos tener los sapiens y los neandertal un antepasado comun, naciendo una especie ne africa y laotra en europa? no podria ser. Ambas deben haber aparecido en africa y ambas poblar medio oriente y luego europa. Por cierto, ¿no era una definicion de especie que si se pertenece a otra especie, una cruza de ambas resulta en individuos infertiles? ¿esto como se interpreta en nuestro caso, somos dos especies diferentes, tan semejantes que permiten su cruza, o bien, somos una especie, pero con razas muy diferenciadas? porque esto de la diferente forma del craneo y cerebro y diferente estructura de las piernas, son mucho mas que nuestras actuales diferencias raciales... asi pues sergio ¿que somos, dos especies o una especie y dos razas?
Segunda cuestion: la diferencia cerebral es en concreto en los lobulos frontales (pequeños en el neanderetal) pero la parte posterior de su cerebro, mucho mayor que en nosotros lso sapiens... con lo que se sabe del cerebro y las funciones de sus distintas zonas ¿se puede inferir com serian aquellos seres? ¿menos racionales, mas intuitivos? ¿con menos proyeccion de futuros, con mas memoria? ¿que hacen lso lobulos frontales y que hace la parte psterior del cerebro?
Espero tu informacion con mucho interes, el tema es estupendo.
Hola Sergio, es la primera vez que participo en tu blogg. La noticia sobre esta investigación ya la había escuchado, sin embargo, me llama la atención el acento que le das al dudoso atributo de gente bonita o gente civilizada a los europeos blancos. Eso me recuerda distintos argumentos de los científicos del siglo XIX, en la descripción y formulación de sus resultados en distintas áreas del saber. Sobre todo me acordé de la indignación que causó en Inglaterra a mediados del siglo XIX, el descubrimiento de los restos de la tripulación del navegante Sir John Franklin en el ártico. Al encontrar restos de huesos con huellas que se identificaron como producidas por dientes humanos, se tuvo la certeza, de que algunos miembros de la tripulación habían practicado el canibalismo al quedar atrapados en el hielo ártico, mientras buscaban el famoso Pasaje del Norte Occidental. La comunidad científica inglesa aseguró que el canibalismo era una práctica exclusiva de los pueblos aborígenes y ajenos a cualquier cultura. Ningún inglés civilizado no podía ser capaz de semejante acto salvaje. Sin embargo, el tiempo mostró lo contrario. Luchar contra estereotipos de belleza o cultura en la ciencia sigue siendo una tarea cotidiana.
Hola
Me ha gustado el post :)
Aunque conozco la historia de sobras, en este caso está redactada de forma amena, sobre todo los primeros descubrimientos.
Si no lo conoces, supongo que te puede interesar mi blog:
http://timoneandertal.blogspot.com/
Por cierto, muy apropiado el apunte del H.M.S. Terror y Franklin y cómo se negaba que hubiera habido canibalismo (casualidad que tb. me encanta la historia de las exploraciones polares)
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