jueves, 30 de abril de 2009

El anhelado porcinómetro mágico

Esta semana no hubo Imagen en la ciencia radiofónica por los programas especiales sobre la influenza porcina (por ci no lo sabían) que emitió Radio Imagen, pero no me aguanto las ganas de decir cosas...

A algunos reporteros de los medios mexicanos habría que mandarlos de regreso a la primaria, a aprender aritmética con lo que yo llamo el método cítrico ("si tengo 159 naranjas y le resto 7, ¿cuántas me quedan?"). A todos (salvo alguna excepción honrosa) habría que darles clases de ciencias.

El secretario de salud (a quien, por cierto, no le vendría mal un curso relámpago de divulgación de la ciencia para explicarse mejor; me apunto si se cae con una lana) se ha cansado de repetir que, de las personas que han muerto de enfermedades respiratorias en los hospitales públicos, sólo en unos cuantos casos tenemos la certeza de que la causa fue la influenza porcina. El concepto no debería de ser tan difícil de entender, pero tantas cifras confunden a algunos reporteros. "¿Por qué nos dan números distintos cada día?", preguntaba uno especialmente lerdo. "¿Por qué no nos dicen cuántos muertos ha producido la enfermedad?", clamaban otros con justificadísima (pero mal encaminada) desconfianza. Los medios quieren respuestas claras: un número exacto, un sí, un no. Los matices no son su especialidad. La incertidumbre menos. ¿Acaso no se puede decir "el virus ha causado tal cantidad de muertos, exactamente"?

No, no se puede. Como no existe el porcinómetro mágico que, al apretar un botón, extraiga esta información de las vibraciones cósmicas cuántico-espirituales; como tampoco se les puede llamar por teléfono a los dioses para que nos lo digan, no queda más remedio que obtener la información por medios científicos, en este caso por estudios estadísticos de la información disponible. Eso toma tiempo. Eso arroja resultados con incertidumbres y grados de confiabilidad. Es inevitable. Puede ser que una alta proporción de los fallecimientos que van hasta ahora por complicaciones respiratorias se deban, en efecto, al nuevo virus, pero cabe la duda. Después de todo, no pasa un día sin que mueran personas por enfermedades respiratorias, incluso sin epidemias. Algunos de los que han muerto en estos días podrían no ser víctimas de la nueva influenza. Por eso se hacen pruebas para distinguir con toda certeza los casos que se le pueden achacar confiablemente al virus H1N1 y por eso se hace la distinción entre muertes reportadas y víctimas seguras (¡por una vez que la vaguedad de la información que proporcionan las autoridades no se debe sólo a la voluntad de engañarnos y confundirnos!).

Esto no quiere decir que haya que bajar la guardia y tragarnos todo lo que nos dicen las autoridades, claro está. De hecho, con la confusión que causa la diferencia entre casos probables y casos confirmados sería facilísimo manipular la información. Por ejemplo, se podría decir "en el estado fulano, o en el municipio mengano, no se han producido muertes confirmadas por el virus H1N1" y dar  a entender con esto que las autoridades de ese estado o ese municipio son súper eficientes en lo que toca a las emergencias de salud --o bien que el estado o el municipio gozan del favor de los dioses y por lo tanto son mejores que el estado o el municipio de al lado, donde gobierna otro partido--. Sería facilísimo, y hasta es posible que ya lo haya hecho algún gobernador o algún presidente municipal, aumentando con esto la tentación de sus vecinos, que no querrán quedarse atrás. Al rato, por "caso confirmado" se entenderá simplemente "caso" y todos respiraremos (nunca mejor dicho) muy tranquilos de saber que son tan poquitos los infectados. Pero nuestra tranquilidad estará infundada. Así pues, a desconfiar y a cuestionar --requisito indispensable si queremos democracia--, pero de manera informada para que este recelo y esta precaución le sirvan al público para enterarse de lo importante. Preguntarle al secretario de salud por qué se dan cifras distintas cada día es malgastar una pregunta y tirar a la basura el tiempo de los espectadores (y el del secretario, pero para eso es funcionario público, que caramba). 

A mí, por ejemplo, me interesaba mucho saber qué cosa podrían tener en común las personas que han muerto para ver si se discernía un patrón, una regla, algo que nos permita mitigar la incertidumbre. Pasaron cuatro días hasta que a alguien se le ocurrió por fin decir que todos habían llegado al hospital ya muy graves. No sé si será cierto o no (siempre hay que desconfiar, eso aprendemos los científicos, hasta de nosotros mismos), pero si sí, la cosa me tranquiliza un poco: me dice que, si me enfermo, tengo buenas probabilidades de salir si no me espero hasta encontrarme al borde de la muerte. Ya es algo. Con esta información, por incierta que sea, yo puedo planear y tomar medidas, que es mucho mejor que estar esperando pasivamente a que nos caiga encima el destino. Pero se desperdician preguntas --y se malgasta salutífera desconfianza-- preguntando tonterías.

El porcinómetro mágico no puede existir, como tampoco existía el planetómetro mágico hace cuatro años, cuando los astrónomos decidieron que Plutón ya no fuera planeta. Recuerdo que por esas fechas se organizó una conferencia de prensa con astrónomos en  el museo Universum, donde están las oficinas de la revista ¿Cómo ves?.  La conferencia fue un lamentable espectáculo de incomprensión mutua entre científicos y periodistas. Los reporteros no entendían que la planetitud de Plutón era simplemente una cuestión de convención, de decisión consensuada entre los especialistas; que no se trataba de hacer observaciones científicas para ver si Plutón era planeta o no. Los astrónomos, por su parte, no entendían las necesidades de los reporteros, que por un lado no son reporteros especializados en ciencia (esa cepa casi no existe en México, donde la ciencia les importa un cacahuate a los medios salvo cuando se degradan planetas o se soliviantan virus), y por otro necesitan historias, narrativas y sobre todo certezas, que la ciencia rara vez puede dar. Resultado: los astrónomos explicaron muy mal y los periodistas entendieron peor. Y como la última astrónoma que habló manifestó su opinión de que Plutón no debía clasificarse como planeta, al día siguiente apareció en los titulares de los periódicos este magnífico resumen que dice mucho sobre la incomprensión entre científicos y periodistas: "NO ES PLANETA: UNAM".

¿Quién perdió? Nosotros, el público.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sergio, te leo constantemente, en este caso te escribo para que corrijas tu ultimo post de "no habra imagen en la ciencia" ... al poner (por ci no lo sabian) ... ci = SI .. te comento por si quieres corregirlo.

Sergio de Régules dijo...

Gracias, anónimo. Pues no, no quiero corregirlo, ¡porque era un chiste! Je, je.

Anónimo dijo...

babaaaaassss!! que wey el anónimo.. Atte. Anónimo 2.

José María Hdz dijo...

Jajajaja, que tonto el anonimo, que no entendió el chiste. Yo primero si me di cuenta del "error" y enseguida busque la explicación, la verdad el chiste no estaba dificil de entender.

Sergio, me da gusto saber que no hubo imagen en la ciencia el martes, no me lo tomes a mal, lo que pasa es que tuve que salir a trabajar a EUA y no pude escuchar el programa, y cuando me meti al blog y no vi un post nuevo me dio mucho coraje; y hoy que regresé, entré muy esperanzado a tu blog para ver si por lo menos la capsula de hoy sí estaba publicada aqui, y me topo con la novedad de que no me perdí de nada!!! ¡¡Bien!! Jaja.

Que bueno que explciaste este tema tan bien, muchas gracias. Yo tampoco sabía como interpretar los numeros, pero si me di cuenta que no era para paniquearnos tanto, solo con tener cuidado y atendernos rapido en caso de cualquier sospecha de estar infectados. Dejame te digo que en los aeropuertos todo mundo estaba con sus cubrebocas y algunos hasta con guantes. Y bueno la verdad que bueno que se tomen esas precauciones, con tal de que no se vuelva un problema realmente serio.
Gracias Sergio por compartir esto con nosotros en verdad me aclaraste las cosas. Espero que podamos tener información más completa y confiable, por lo pronto la organizacion mundial de la salud redujo muchisimo el numero de infectados y muertos por ese virus en los informes oficiales, esas para mi son muy beunas noticias.
¡¡¡Saludos!!!

Sergio de Régules dijo...

Hola Chema. Los datos de la OMS son los que proporcionan los países, pero sólo están poniendo los confirmados, lo cual no quiere decir que no haya más. Es más, seguro que sí hay, y conforme se hagan más pruebas irán surgiendo. Todavía es muy pronto para poder sacar conclusiones estadísticas ni nada.
En Cómo ves estamos preparando un casi-número especial para junio. La información ya no será novedosa, pero trataremos de reunir la información general que pueda ser de interés duradero. No se lo pierdan. Ya empezamos a trabajar Estrella Burgos y yo.

Anónimos: gracias a ambos. Siempre es bueno saber que hay gente mirándole a uno encima del hombre por ci dice tonterías.

Anónimo dijo...

Estimado Sergio: PRIMERO que bueno que escribas aunque no platiques en el radio.

SEGUNDO, comparto completamente tu remarcacion de que los reporteros no mas no entendian las cifras que enumeraba el secretario de Salud. Pero dejame decirte algo mas: pudimos haber tenido MEJOR informacion de la epidemia, PERO FASTIDIARON TANTO CON QUE LAS CIFRAS NO AMARRAN que el secretario mejor se retrajo y dio lo mismo que la OMS: solo casos confirmados. Es decir informacion poca, retrasada, exigua. Ni modo, para ellos LO IMPORTANTE era qu amarraran cifras.

TERCERO, tu piensas de buena fe y que bueno, habla bien de ti... pero yo creo que esa latita de los reporteros EN MUCHOS CASOS no se explica por ignorancia, sino por MALA FE. Es decir, sus medios, los medios que representan, tienden a vender sus periodicos por "la conspiracion" en sus innumerables ediciones, imaginarias o no. Le buscan, la buscan y rebuscan para detectar conspiraciones, amarillismos, en fin, mugre que vender.

Para ellos, decir que la epidemia se esta atendiendo con medidas y con resultados NO VENDE (¿como habria de vender si SIEMPRE han dicho lo contrario, como decir que ahora si se hizo bien?).

En fin, ojala fuera solo ignorancia de buena fe, pero la verdad, sobra la mezquindad, falta objetividad. Mira, por ejemplo, yo soy firme detractor de Ebrard, pero en este evento en particular LE RECONOZCO que se fajo con el asunto y aplico medidas necesarias. Lo hizo bien y a tiempo.

Luis Marin Baltazar Ochoa, Guadalajara, Jalisco

Anónimo dijo...

Hola. Buenas noches!

Soy Enrique Lazcano Gómez, estudiante de Sociología de la UAM-I. Por el momento me encuentro desarrollando una investigación sobre la influenza AH1N1. Dado la amplitud del tema, puede ser abordado bajo distintas aristas. Y uno de los niveles, en éste sentido, es el papel del conocimiento científico. Ya que durante el fenómeno el proceso de comunicación fue mediado por los expertos, ya sean, epidemiólogos, directivos de la Secretaria de Salud, etc., para su posterior trasmisión en los medios masivos de comunicación. El segundo proceso de reconfiguración del conocimiento, del mensaje de las autoridades sanitarias, implica una doble traducción del mensaje, para el público en general. Esto conlleva una manera de difusión del conocimiento, y de manera general la comunicación de la ciencia.

Bajo el argumento anterior. Me gustaría realizarle, si es que dispone de tiempo y la generosidad de aceptar, una entrevista por este medio - ya sea, por alguna red social, o cualquier servidor de mensajería instantánea-. Que de manera general abordará el papel de los difusores de la ciencia durante el fenómeno de la influenza AH1N1. La entrevista será corta, espero que el tiempo no sea mayor de 25 minutos. Se podrá realizar el día viernes, sábado o domingo, por la mañana o en la noche. Esto dependerá de su flexibilidad de horario. Y los resultados sólo serán publicados en un trabajo final dentro del aula de clases.

Dado que la investigación no tiene un carácter lucrativo, no existe la posibilidad que haya remuneración monetariamente. Empero, si gusta, le enviaré una copia del trabajo final.

Ante todo agradezco el tiempo para leer estas líneas. Y esperando que pueda aceptar, me despido.
[stalin_hh1917@hotmail.com]