El otro día iba con mi hija y mis sobrinos en el coche cuando vimos una larguísima hilera de vehículos formados en doble fila obstruyendo parte de la calle. Sin pensarlo dos veces les dije a los niños: “predigo que todos los coches que están ahí formados tienen placas que terminan en 7 o en 8”. Al confirmarse mi hipótesis cuando pasamos junto a los coches formados, los niños se quedaron patidifusos de admiración por mis habilidades adivinatorias, dignas del profesor Dumbledore de Harry Potter.
A ustedes, radioescuchas y bloglectores, les revelaré las observaciones que fundamentaron mi predicción: era 30 de septiembre y los coches estaban formados frente a un verificentro. ¿Cabía dudar de que fueran conductores remisos que dejaron la verificación de sus automóviles para el último día? ¿Había otra hipótesis que explicara mejor las observaciones? Claro que no.
He aquí otra situación de la vida cotidiana en la que podría yo aventurar una predicción para impresionar incautos (o criaturitas preciosas, como mi hija y mis sobrinos): es día de partido Chivas-América y vemos un coche que corre raudo por el Periférico hacia el sur. El vehículo enarbola una bandera de las chivas. Mi predicción sería que se dirige al Estadio Azteca. ¿Es igual de segura que la de los coches frente al verificentro? Claramente no. Aunque es muy probable que sí vaya al estadio, también podría ser que el conductor y sus pasajeros se dirijan a casa de algún amigo a ver el partido por televisión tomándose unas chelas.
En la ciencia tenemos también predicciones que nos inspiran distintos grados de confianza. No todo resultado de la investigación científica y del consenso entre profesionales nos convece con la misma fuerza. Así, hay creencias científicas estilo coche con bandera de las chivas en día de partido –probables, pero no seguras; y hay otras que son como una fila de coches en el verificentro en último de mes: impepinables, que no podría ponerlas en duda ninguna persona bien informada que esté al tanto de los detalles (los niños, por lo general, no son personas bien informadas, por suerte para los papás y tíos presumidos como yo).
Que la Tierra gira alrededor del sol es una de estas conclusiones impepinables para quien entiende los detalles (casi todo el mundo). Otra igual de impepinable, pero no para tanta gente, es que las especies de plantas, animales y microorganismos que pueblan la Tierra son producto de un proceso de transformación de las especies, proceso que opera en lapsos de muchas generaciones y tiene como motor los cambios del entorno y las pequeñas variaciones genéticas que existen entre individuos de la misma especie. La evolución por selección natural, como llamó a esta idea el más conocido de sus creadores, Charles Darwin, es un resultado científico de categoría impepinable, que hoy no pone en duda nadie que esté al tanto de los detalles.
Los íconos de la evolución son ya lugares comunes. Los vemos hasta en la publicidad, donde para dar a entender que un producto es lo último en tecnología se lo tilda de “el más evolucionado” o bien se lo relaciona con una imagen muy difundida de la evolución de la especie humana: una fila, pero no de coches, sino de primates, que empieza con uno pequeño y encorvado, pasa por una serie de homínidos que van creciendo y se van enderezando y culmina con un
Homo sapiens sapiens, o sea, usted o yo, pero por lo general desnudos. Seguro que usted ya la recordó, pues esta imagen es a la evolución humana lo que la Mona Lisa es a la pintura renacentista: su mismísimo símbolo. Pues bien, esta imagen, igual que la Mona Lisa, da una imagen parcial y hasta engañosa de lo que simboliza.
“El hombre desciende del mono”, se dice con descuido (y desafortunadamente la eduación que nos dan en la escuela no basta para darse cuenta del tamaño de la pifia). El ícono que estamos discutiendo parece confirmar esta imprecisión, porque detrás del
Homo sapiens vemos algunos primates que parecen chimpancés. Pero los humanos no descendemos del chimpancé. La prueba es ¡que todavía hay chimpancés! La forma correcta de verlo es ésta: chimpancés y humanos descendemos de un antepasado común. Nuestros linajes se separaron hace unos seis millones de años (lo que se calcula a partir de la diferencia entre el genoma de un chimpancé y el de una persona, suponiendo que las diferencias se acumulan a ritmo constante). Así, los simios de hoy –y de hecho, cualquier especie de hoy, sea simio o bacteria—es igual de evolucionada que nosotros en el sentido de llevar el mismo tiempo que nuestro linaje sometida al torno moldeador de precisión que es la selección natural. Incluso los cocodrilos y las cucarachas, de los que se dice que fueron abandonados por la evolución, son organismos perfectamente adaptados a su entorno y por lo tanto, tan “evolucionados” como el que más.
La imagen icónica de la evolución humana comete otro equívoco: darnos a entender que nuestra especie es la culminación perfecta de un linaje cuyos otros miembros son fenómenos de circo o algo por el estilo. Es como si creyéramos que los organismos de pasado son pruebas que salieron mal. Lo cierto es que, puesto que el entorno actúa como una podadora, cortando ramas que no son viables en las condiciones del momento, sería muy extraño que en el pasado –o en cualquier otro tiempo—hubiera habido organismos mal adaptados o defectuosos. No: el elenco de organismos de cada época es un catálogo de campeones, o de máquinas finamente ajustadas para operar eficazmente en su entorno. Un mamut no es peor que un elefante. Es una especie adaptada a otras condiciones.
Muchos científicos y divulgadores de la ciencia, como yo, recomiendan no usar esa imagen para ilustrar la evolución humana, que como la de cualquier otro organismo hoy se entiende como una serie de ramificaciones, no una línea recta. El hombre de Neandertal no es nuestro antepasado, sino un primo con el que compartimos un antepasado común que vivió hace alrededor de un millón de años. Así pues, cuando vean esta imagen en un museo de ciencias, ¡o en un anuncio!, pueden estar seguros de que los responsables no entienden la evolución, predicción que hago con el mismo grado de certeza con que predije que los coches formados en esa fila tenían placas terminadas en siete u ocho.
7 comentarios:
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Quizás en razón de entenderlo en una forma más.. mmm... ¿científica?¿técnica?... estoy de acuerdo contigo que es una manera premeditada, errada de dar una visión de como es la evolución, sería quizás lo ideal formas como un arbol en el cual sus ramificaciones terminales representan los diversos ancentros "parientes" en el proceso evolutivo, pero analizando los pros y contras del asunto, (en este caso hacer una visión lineal de la evolución), ¿No es quizás una buen ejemplo este? Creo es más digerible, más light para la gente que tiene poco conocimiento sobre la ciencia, darwinismos y/o evolucionismos (jeje). A final de cuentas los divulgadores tienen que encontrar la forma amena de hacer llegar estos menesteres. Tienen que sopesar sobre como hacer ver algo tedioso (la engorrosa interpretación de un árbol donde colocásemos cada especie evolutiva junto a su imagen y el lector podría confundirlo con el árbol genealogico de su familia)para que los paganos (que no han sido bautizados por la ciencia jeje, así les llamo)empiecen a codificarlo. Recuerdo hace algunos meses un buen ejemplo que tu pusiste sobre "Los simpson y la ciencia" en el cual se mostraba una divertida visión del proceso de la vida y la evolución e incluso la in-volución jaja(El cantinero Moe)y era exactamente una visión lineal la que mostraban o así se interpreta de primera forma. Creo para dar el primer filtreo entre la ciencia y el individuo esta permitido, para hacerlo el simbolo mismo de la evolución humana no.
MEME.
Hay una precisión que hay que hacer, los humanos han cambiado las reglas del juego ultimamente, muchas de las ramas de la evolución no estan igual de perfectamente adaptadas. Muchas de estas ramas se estan marchitando y muriendo; ejemplo claro son las especies en peligro por la introducción de especies externas en Australia. Esas especies no estan adaptadas a su nuevo entorno y por tanto no estan suficientemente evolucionadas para sobrevivir.
Hola Sergio. Escuche tu comentario como todos losmartes y jueves, y pues como siempre estuvo muy interesante. Esto que escribo es solo un pensamiento para compartir, proque en realidad no aporta nada, ni cuestiona algo.
Yo me habia puesto a pensar (despues de ver la pelicula de x-men 2) sobre la teoria de que dos especies "humanas" habian convivido al mismo tiempo. Igual que mucho pensaba que aparecia una nueva especie cuando se extinguia la otra. Y con esto en mente no puedo dejar de imaginar si algun dia pueda haber otra vez dos especies de humanos conviviendo al mismo tiempo. Yo se que toma muchisimo tiempo el cambio, pero podria pasar ¿no? Y se me ocurrio que esto podria suceder cuando colonicemos otro planeta, y las personas qeu vivan allà evolucionen para adaptarse a un pequeño cambio que no hayamos podido adecuar a nuestra conveniencia. Y entonces pues aunque seguirian siendo humanos se distinguirian en algunas caracteristicas, y pues existirian dos especies diferentes con inteligencia y civilizacion, algo que pues hasta el momento no se conoce.
Bueno solo queria compartirlo contigo porque disfruto mucho tu seccion en imagen,y el blog.
Saludos,
Jose Maria Hernandez, Mty. N.L.
Sergio, veo que cada vez recibes mas comentarios a tus articulos y ni modo, a chambear contestandolos. Pienso que eso te dara mucho gusto.
Tengo una duda: ¿por que si la evolucion como idea ha sido durante tanto tiempo y con tanta intenisdad sometida a debate, por que aun es TEORIA DE LA EVOLUCION y no la LEY DE LA EVOLUCION?
¿Que le falta para adquirir calidad de ley? ¿o por ejemplo la teoria de la relatividad, por que aun no es ley de la relatividad?
Porque hay ya leyes mucho mas modestas que ya lo son: ahi esta la LEY DEL PAN TOSTADO. Si tu untas tu pan tostado con mantequilla, ne el procesode comertelo, se te cae, POR LEY cae don la cara untada al piso, con tu consecuente desconsuleo, antojo truncado, hambre y la obligacion de limpiar el piso. Es de Ley (es broma,pero lo otro si es una duda que tengo).
Felicitaciones por tu blog.
Luis Martin Baltazar Ochoa, Guadalajara, Jalisco
¡¡¿x-men 2?!! ¡¡No inventes!!, Después de leer los comentarios, por eso digo.. Hay que dar formas simplificadas. MEME
Van las respuestas una por una
1) Seguir usando esa imagen. Yo tengo un axioma que aplico al trabajar: no hay público tonto. Por lo tanto, se tiene que traducir, o interpretar la ciencia, no sobresimplificarla, e insisto en que esa imagen tan gastada ya sólo comunica los equívocos que señalé. ¿Qué tiene de complicado añadirle a la línea un par de ramitas?
2) Ramas marchitas. Sí, se me olvidó hacer esa precisión: las especies están bien adaptadas mientras no cambie el entorno. Así, al mamut le cambió el entorno (llegaron unos bichos que lo cazaron hasta no dejar ninguno); a los dinosaurios, bichos superadaptados, les cambio repentinamente el entorno cuando un meteorito transformó la atmósfera terrestre en casa de los sustos. Hoy hay muchas especies que, moldeadas por la evolución para desempeñarse en cierto entorno, están a punto de desaparecer por los cambios repentinos que hemos introducido las personas. Pero eso no quiere decir no estén "evolucionadas"...o más bien el concepto de "más evolucionado, menos evolucionado" --de grados de evolución-- no se puede sostener. Que te mueras porque te cambió el entorno por accidente no es ser un producto chafa.
3) Dos especies humanas. En efecto, José María, eso podría suceder como tú dices. Así es como explicó Darwin la aparición de especies a partir de un ancestro común: por alguna razón una población se separa en dos; los entornos son distintos y favorecen características distintas en los individuos, lo que equivale a usar dos filtros distintos para tamizar una misma población: al final se obtienen cosas distintas. Por cierto, ésa sería la única forma de que apareciera otra especie "humana", que sería humana porque desciende de nosotros. Pero si una especie se extingue, no volverá a aparecer jamás (aunque puedan aparecer organismos que se le asemejen por estar adaptados a condiciones parecidas). La extinción, como los diamantes, es para siempre.
4) Teoría y ley. Sí, Luis, estoy encantado de tener tantas observaciones interesantes. En cuanto a teorías y leyes, son dos cosas muy distintas, no es que primero sea uno teoría y luego se le ascienda a ley. Una ley es una regularidad en la naturaleza muy general, pero al mismo tiempo muy sencilla. Se puede obtener por observación experimental o bien deducirse de una teoría más elaborada. Una teoría es un conjunto de leyes, métodos matemáticos y técnicas que explican una gran variedad de fenómenos. Las tres leyes de Newton forman parte de la teoría newtoniana de la mecánica, más amplia y general.
Y por cierto, "teoría" entre lo científicos no se aplica a resultados especulativos o tentativos, sino al contrario, a un edificio ya bien establecido entre la comunidad. Así, "teoría" es el estatus que adquieren las hipótesis y especulaciones que ya han logrado convencer a un montón de especialistas exigentes, y por lo tanto es un estatus muy deseable. No se puede aspirar a más.
Gracias a todos
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