Cuando vuelvan del trabajo esta tarde su casa no estará donde estaba por la mañana. No se preocupen: de todos modos llegarán, pero, respecto a las estrellas, la casa se habrá movido. Lo cual se debe, of course, a que la Tierra está en movimiento: da vueltas alrededor de su eje una vez cada 24 horas y completa un giro alrededor del sol en unos 365 días y feria. Piénsenlo: mientras están sentados en casa o en la oficina leyendo este blog van disparados por el espacio a velocidades escalofriantes.
La rotación del planeta nos desplaza hacia el oeste a una velocidad constante de unos 440 metros por segundo (en la latitud de la Ciudad de México). El movimiento alrededor del sol nos añade otros 30 kilómetros por segundo (aunque la velocidad orbital y la de rotación están cambiando de orientación la una respecto a la otra todo el tiempo; los 440 metros por segundo a veces se suman, y a veces se restan, a los 30 kilómetros por segundo).
Se podría pensar que ahí para la cosa. Como nos dijeron en primaria, la Tierra tiene sólo dos movimientos. Pues no: la rotación y la traslación son solamente los movimientos de nuestro planeta respecto al sol. Pero éste, a su vez, se desplaza. Nuestra estrella vive en los suburbios galácticos de la Vía Láctea, a unos 30,000 años luz del centro. Como todas las estrellas de nuestra galaxia, el sol orbita el centro galáctico, un poco como los planetas alrededor del sol (y por la misma razón: la fuerza de atracción gravitacional). Como las distancias en la escala galáctica son inmensamente superiores a las distancias interplanetarias que nos separan del sol, éste tarda 240 millones de años en darle una vuelta al centro de la Vía Láctea. Podríamos definir un “año galáctico” de 240 millones de años terrestres. Hace un año galáctico los dinosaurios medraban en la Tierra y no había ni rastro de los seres humanos. El movimiento del sol alrededor del centro de la galaxia nos agrega otros 236 kilómetros por segundo.
Muy bien. Así pues, tu casa se mueve de una manera enredada, a 440 metros por segundo hacia el oeste, 30 kilómetros por segundo alrededor del sol y 236 kilómetros por segundo en torno al centro de la galaxia. ¡Con razón te cuesta tanto trabajo encontrarla cuando estás borracho!
La cosa se pone peor. El sol, en sus revoluciones galácticas, no describe un círculo sencillo, sino que sube y baja como un corcho en las olas -o como los caballitos del carrusel-, movimiento que lo lleva unos 260 años luz hacia arriba y hacia abajo del plano galáctico (si la galaxia, vista de lado, es como una hamburguesa, el plano galáctico es donde está la carnita). Añadamos este subir y bajar a la ensalada de movimientos a los que se abandonan nuestras casas mientras no estamos ahí (y también cuando sí estamos, claro). Ya tenemos el pretexto perfecto para llegar tarde el sábado por la noche.
Pero, ¡momento! La cosa se pone aún peor, porque la galaxia también se está moviendo: se desplaza alrededor del centro de masa del “Grupo Local” de galaxias (nuestras vecinas galácticas más cercanas, a las que estamos unidos gravitacionalmente), y el Grupo Local va lanzado a toda velocidad hacia el Supercúmulo de Virgo (un grupo de galaxias muy numeroso que nos atrae gravitacionalmente junto con las otras galaxias del Grupo Local). Y para terminar, el Supercúmulo de Virgo se está alejando de todos los otros cúmulos del universo porque éste se expande.
¡Qué mareo! ¿Será efecto del eterno girar del universo a mi alrededor? ¿Las revoluciones cósmicas de planetas, soles y galaxias hirviendo en un caldo de espacio-tiempo en expansión? ¿El vértigo metafísico de una mente diminuta en presencia de lo indescifrable? ¿El llamado de auxilio del alma atrapada en un vórtice cartesiano?
…o será que están pintando mi casa y huele a thinner…
La marcha por la ciencia 2019
Hace 5 años
4 comentarios:
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Válgame Dios, hasta me mareé con tanto movimiento. Muy interesante tu espacio en el radio y en el blog, esto sólo confirma que la ciencia no es aburrida en lo absoluto, es divertidísima. Saludos y felicidades. Francisco.
Muy respetable Sergio, es una delicia escucharte con Pedro Ferris, hace que el estudio de la ciencia no sea una cosa árida o aburrida. Quisiera saber tanto de ciencia como tu
José Miguel Alarcón
WOW............. AHORA ENTIENDO PORQUE TERMINO TAN MAREADO UN VIERNES POR LA NOCHE.......JEJE
SALUDOS!!!!!
EXCELENTE BLOG ME ENCANTA ESCUCHARTE EN LA RADIO
FELICIDADES!!!!!!!!
GILBERTO, ORIZABA, VER.
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